Amables lectores: Leía en estos días un artículo del exministro Mauricio Cárdenas, donde se hacía un análisis muy interesante, sobre cómo los impactos de una guerra, pueden obrar sobre la economía de un país, aunque dicho conflicto se lleve a cabo en otro continente.
Los golpes originados en la guerra de Ucrania sobre la economía Colombiana, son de una gran profundidad y muchas veces las pasamos por encima. Hablando de comercio exterior, afirma Cárdenas, Colombia es el país latinoamericano que más se parece a Rusia. Aunque esto nos suene sin sentido, es totalmente cierto. El ser exportadores de petróleo y carbón, nos asemeja a ese monstruo de país. Colombia será un potencial ganador cuando eventualmente Rusia deje de exportar alguno de esos insumos porque se produciría un aumento de precio.
El carbón es un ejemplo para mostrar. Sus precios se han duplicado frente a los del año anterior. Este ingreso adicional genera para nuestro país un porcentaje del 1.7% de crecimiento en el PIB. Igual análisis podemos hacer con el petróleo. Con un precio de 108 dólares por barril, nuestra economía tendrá un ingreso adicional de 1.3% del PIB. Estos dos insumos aumentarian anualmente el ingreso adicional en 10 mil millones de dólares. Colombia, infortunadamente, desde hace ya varios años se resignó a tener que importar gas natural. Este combustible es indispensable para los hogares, la industria y la generación de energía. Ecopetrol debe tener entre sus prioridades el aumentar la producción de este energético. Depender de las importaciones de gas natural es una pésima decisión porque los productores prefieren los mercados europeos y asiáticos para sus ventas, porque sus precios son mucho más favorables.
En mi concepto, nuestra gran debilidad, originada en la guerra Rusia-Ucrania, son las importaciones de trigo, maíz y fertilizantes. Aunque las mayores ganancias asociadas a las exportaciones de petróleo y carbón, con el alza de precios del maíz, trigo y fertilizantes nuestras utilidades originadas en las exportaciones de energéticos se verán bastante disminuidas.
Al colombiano de a pie, el análisis anterior lo sufre a través de la inflación, cuando esta supera la meta trazada por las autoridades económicas. Se vaticina una cifra de inflación cercana al 9% a finales de abril. El aumento del salario mínimo, para este año, que a todos nos parecía alto, ya está neutralizado por el fenómeno inflacionario. Toda medida que tome Banrepública, para controlar este grave fenómeno de la inflación, obrara como baldado de agua fría que se arrojará sobre la economía, produciendo un efecto negativo en el empleo.
Otro gran ganador de esta guerra será Ecopetrol. Se calcula que las utilidades para este año pueden ser superiores a los 29 billones superando así los 16.7 producidos en el 2021. Esto será positivo en los dividendos que ganarían los accionistas. El dividendo por acción pasará de 280 pesos por acción en el 2021 a 415 pesos en el 2022. Al gobierno le corresponden la mayor parte de estos recursos por ser el gran accionista de esta empresa y por lo tanto debemos los colombianos convertirnos en veedores, para evitar que el populismo, con chequera en mano, le haga a Colombia, el mismo daño que sufrió Venezuela a comienzos del siglo.
Cuidado con el aumento del precio del dólar para nuestro endeudamiento externo. Hoy tenemos un precio del peso fortalecido pero no olvidemos que las elecciones nos pueden dar sorpresas. Es claro que los empresarios y los ciudadanos de las diversas clases sociales, pequeños propietarios y muchos otros que no quieren dar un salto al vacío desean seguir construyendo para cerrar brechas de equidad y corrupción y votarán por el candidato que encarna, como Federico Gutiérrez, estos postulados.
Se debe exigir respeto por los resultados y que no aparezca el síndrome del mal perdedor que invite a una absurda desobediencia civil. En nuestro voto, bien depositado, estará el futuro del país.