Una de las noticias publicadas por este medio de comunicación se tituló: “Por cupos y de a ‘poco’ venden el Soat en Cúcuta” y así es. La obtención de ese importante documento se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para los conductores cuya fecha de vencimiento ha llegado.
Se especula que el precio bajará, pero la verdad, si se mantienen las presuntas conductas dolosas por parte de las empresas que prestan servicio de ambulancia y las exageradas relaciones de exámenes de diagnóstico por parte de algunas IPS, pues imposible pensar en descuentos cuando las cifras de accidentalidad suben todos los días y la venta de motocicletas, pareciera que las estuviesen regalando.
Lo complicado del asunto es que la probabilidad de sanción por parte de la autoridad es alta en caso de no haber realizado el trámite respectivo y es cuando nos hacemos la pregunta si los miles de vehículos que han ingresado a nuestro territorio aún con los puentes cerrados, poseen dicho documento y además el Certificado de Revisión Técnico Mecánica y de emisión de gases, en el entendido que su gran mayoría evidencian fuertes descargas de material particulado y frente a ese problema ha existido una franca permisividad por parte de los responsables.
La noticia mencionada a principio de la columna, trae declaraciones de usuarios que manifiestan su inconformidad puesto que se les informa que las pocas empresas que aún expiden el SOAT, poseen únicamente veinte cupos para automóviles o camionetas y ocho cupos para motocicleta, siendo este último grupo de personas el más afectado no solo en caso de accidentes sino en el riesgo que se exponen al no poseer la única herramienta que les permite sean atendidos con recursos bienvenidos por las IPS.
Me parece que el problema es exageradamente complejo, aún más cuando Fasecolda, agremiación que representa a las aseguradoras, manifiesta que la venta se seguros obligatorios no solo se ha mantenido sino que ha aumentado y a la final, ya sabemos quiénes son los ganadores cuando ingresa dinero a una caja y sale menos de lo proyectado, al no poder descontar los millonarios recursos, derivados de la atención de los accidentados.
Si tenemos en cuenta que en Colombia se vende un promedio de 359 motocicletas por hora, tendremos un problema mayúsculo en crecimiento y corto en soluciones.
Considero que la situación debe ser abordada y atendida principalmente por los alcaldes que conforman el Área Metropolitana, en el sentido de hacer justos reclamos ante el Gobierno nacional, dado que el problema crecerá exponencialmente todos los días y no habrá manera de atender los verdaderos heridos que resulten en accidentes de tránsito. Mientras que ellos resuelven qué hacer, iniciemos la cacería para comprar el SOAT.