Desbordamos el vaso, no aguantamos más: hace unas semanas varias feministas locales nos volcamos a Twitter para rechazar la vinculación de la Corporación Mujer Denuncia y Muévete en los eventos locales del día global por la despenalización del aborto, organizados por el Movimiento Causa Justa. Razones hay muchas y suficientes, todas mencionadas en las nuestras múltiples publicaciones, una de ellas son los constantes ataques de la organización contra las personas transgénero y no binarias, reproduciendo discursos de odio contra una población que es sujeto de especial protección, de acuerdo a la Corte Constitucional.
Pero no vengo a hablar de esa organización, sino del Movimiento Causa Justa por haber pasado por encima de los reclamos de distintas organizaciones y lideresas del movimiento feminista local sobre el historial de prácticas transodiantes, violentas y discriminatorias de la Corporación. Este asunto era algo que ya se conoce a nivel local, lo cual el Movimiento Causa Justa conoce muy bien, como también conoce el trabajo de muchas otras organizaciones y colectivos feministas locales con los cuales podrían haberse vinculado. Luego de dos correos y múltiples etiquetadas en redes, su respuesta fue un comunicado despersonalizado, descontextualizado, donde no mencionaron en ningún momento al movimiento feminista cucuteño, diciendo que reconocían las existencias trans y que promovían la inclusión. No obstante, mantuvieron sus actividades con la Corporación, anulando cualquier palabra emitida en ese documento público porque, como bien dice el dicho, las acciones hablan más que las palabras. También nos respondieron uno de los correos pero no abrieron el espacio de diálogo (solicitud principal que hicimos desde el inicio), solo nos comentaron que iban a revisar sus protocolos internos, sin mayor detalle. Eso fue todo. Todo el boroló que armamos en redes quedó en unas cuantas líneas desinteresadas.
Ojo, no falta quien diga que esto es un asunto de envidia o egos pero no es el caso. Este es un asunto de coherencia y de responsabilidad en la construcción de alianzas en torno a causas comunes, ¿cómo es posible exigir el derecho a la soberanía sobre nuestros cuerpos cuando se construyen alianzas con representantes de discursos que deshumanizan la existencia de grupos enteros? Además, esta es una molestia legítima por la dinámica centralista pues no están escuchando los llamados locales, las advertencias de quienes vivimos y sufrimos nuestro territorio. Advertencias que tienen el poder de generar nuevos comienzos pues no se cierra la puerta de trabajo conjunto, al contrario se abre un abanico de posibilidades para incluir a otras participantes que quizás no tenían en el radar. Me pregunto, si así actúo Causa Justa en nuestra ciudad, ¿habrá comportamientos similares en otras? Decisiones que se tomaron sin escuchar las voces locales, sus reclamos, sus aportes, todo porque, seguramente pensarán ellas, esa Causa Justa es más importante.
De ser así, a Causa Justa le iría bien replantearse el nombre. Les propongo este: Causa Mayor, la suya es una causa mayor a las voces locales en los distintos rincones del país; la suya es una causa mayor al reconocimiento de una vida digna, soberana y sin violencia en todas sus dimensiones; la suya es una causa mayor que repite el mismo centralismo que tanto daño le ha hecho al país; la suya es una causa mayor que llevó a no prestarle atención al acoso que recibimos por parte de su organización aliada en Cúcuta por haber alzado nuestra voz. Causa Justa, son ustedes las que se erosionan con esa soberbia e indiferencia, en Cúcuta y Norte de Santander seguiremos construyendo sin el aval de sus escritorios en Bogotá porque el feminismo será transfeminista y regional o no será.
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