Infortunadamente, todos los días se registran accidentes en los cuales los actores principales son los conductores de motocicleta. Por lo general, suceden por imprudencia de los mismos, impericia, exceso de velocidad y también conducir en estado de alicoramiento.
Las dos primeras causas son muy parecidas, aunque la imprudencia es realizada por personas de todas las edades que confiadas en su habilidad, violan en segundos el Código de Tránsito sin que medie autoridad alguna para controlar la situación, aunque el día que quieran imponer la ley, será imposible controlar a miles de conductores que con su comportamiento se sienten los dueños y amos de la ciudad, aclarando que la gran mayoría aunque no son muy juiciosos respetando las normas de la movilidad, no pertenecen al grupillo de ciudadanos agresivos que desatan su locura cuando están frente al manillar de la máquina.
En cuanto al exceso de velocidad, son expertos y hábiles, aún cuando lo hacen sobre nuestra desmejorada carpeta asfáltica, que entre otras cosas, es parte de la campaña del alcalde Yáñez para su sucesor, el cual podrá arrancar la tarea inventariando huecos, para luego, diseñar una ambiciosa actividad orientada a calmar el malestar ciudadano, por medio de brigadas equipadas con materiales y equipos para tapar huecos desde el primer día de la nueva administración, porque la actual se quedó en campañas que anunciaban la “ruta del asfalto” pero que a todas luces, totalmente débil en su ejecución, concluyendo que nunca dimensionaron el verdadero alcance.
Con respecto a la irresponsabilidad de conducir con varios grados de alcohol en la sangre, basta con darse una pasadita no solo por la denominada “zona rosa” sino por toda la ciudad, para evidenciar que principalmente la cerveza, ocupa el primer puesto dentro de los gustos de miles de moteros que no solo arriesgan sus vidas al manejar bajo los efectos del alcohol, sino que en caso de accidente con otro actor de la movilidad, genera un fuerte impacto que por lo general se traduce en pérdida de vidas o discapacidad física, en el entendido que el que va en la moto, lleva la peor parte.
Ahora si vuelvo al título de la columna, toda vez que resulta increíble imaginar lo que sucedió pasado jueves, al observar en la redes la noticia del choque entre cuatro motocicletas, ocurrido en un sector en donde difícilmente se puede colisionar y en horas en donde la visibilidad es total, situación que nos lleva a pensar que para que ocurriera esa lamentable situación, debieron sumarse por lo menos dos de las cuatro hipótesis planteadas en el primer párrafo, lo cual se traduce en un alto grado de inmadurez al conducir y la falta de acciones de autoridad en materia de tránsito.
Es mi deseo que las personas que formaron parte de ese nuevo record Guiness, se encuentren en pronto proceso de recuperación y que la experiencia les sirva para recapacitar sobre el resultado de todo lo escrito en la columna.
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