En la edición digital de la revista Imágenes, de febrero 11 de 2024, aparece un artículo de don Carlos Luis Jácome, un destacado docente de la hoy extinta Escuela Normal de Institutores, de Cúcuta, que tantas promociones de bachilleres formó. Bachilleres de los de antes, de los que realmente se quemaban las pestañas para aprender.
Fue columnista de varios periódicos de la ciudad, como Esbozos, El Croquis, Correo del Cine, Gráfico, entre otros, que años más tarde, en 1945, fueron publicados póstumamente en libro, cuatro meses después de su fallecimiento, y hoy las leo repetidamente, porque para mi gusto, para mi paladar, son crónicas amenas y muy bien escritas sobre la ciudad, donde nos muestra la Cúcuta decimonónica y la de principios del siglo XX. A mí, particularmente, me han servido como fuente para algunas columnas que he publicado.
Tal es el caso, por ejemplo, de una crónica sobre lo que hoy conocemos como avenida Tercera, de Cúcuta, donde el autor Carlos Luis Jácome detalla su estado lamentable en 1910 en algunos tramos. Hice el cotejo entre lo que escribió el cronista en ese momento y el estado en que se encontraba cuando hice la comparación, en 2012. La recorrí y observé que estaba como “bombardeada” en muchos puntos.
Entonces publiqué la columna con ese detalle, teniendo en cuenta las épocas, y consigné que cien años después el estado de la citada carrera era exactamente igual. A los pocos días la administración municipal la recuperó. Otra prueba al canto: me propuse completar las biografías de los fundadores de la Academia de Historia de Norte de Santander, y en el caso de Francisco A. Torres, encontré en “Cúcuta de otros días” la causa del fallecimiento del eminente abogado que había sido congresista nortesantandereano en varios periodos. Parece que el amigo era díscolo y retador por cualquier motivo. En otras palabras: un gallito fino.
Todas las semblanzas sobre Carlos Luis Jácome, más conocido con el seudónimo «Charles Jackson», no dicen cuál es su segundo apellido, pero ya se sabe que es hijo de Olivia Garbiras. Sus biografías nos dicen que nació y murió en Cúcuta, y que su muerte reviste unas condiciones especiales que no es del caso repetir ahora por respeto a su memoria. Un nieto suyo me dice que no está seguro si fue Carlos Jácome, su abuelo, o don Carlos Luis Jácome, su bisabuelo, el que nació en Convención, provincia de Ocaña. Difícil confirmarlo ahora. Particularmente, y por datos esparcidos en el libro, me inclino por su abuelo. Ese apellido es netamente ocañero, como Solano y Benítez.
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El próximo viernes 16 de febrero, a las 4:00 p. m., en la sede centro de la Academia de Historia de Norte de Santander, la señora Lynn Anderson, esposa del académico Timoteo Anderson Carlson, presentará su libro “ACOMPÁÑANOS”, edición separada en español e inglés, donde la autora se consagra como escritora para presentar sus biografías, como ya lo había hecho su suegro Eloy Anderson con su libro Hacaritama, y su suegra Isabel Anderson, con Tried in the Fire y Counted Worthy. Cordialmente invitados.
