El mejor retrato de lo que hoy en día vive el mundo sobre el miedo y hasta el pánico con los efectos del Coronavirus, es que en China existía un juego que le permitía a los usuarios jugar creando virus.
Las diversiones de muchos adolescentes era con este juego seguramente mataban mucha gente, se divertían, si acaso a eso se le puede llamar diversión.
Ahora el problema es que dejó de ser un juego y por obvias razones los chinos suprimieron la aplicación. Poco a poco el miedo se apodera del mundo.
El miedo siempre ha existido en los seres humanos. Hace cerca de 50.000 años vivió una especie entre Europa occidental y Asia que se llamó “el Homo Neandertal”.
Dicen los antropólogos que fue una especie que existió antes del hombre actual, y que fueron exterminados hace cerca de 40.000 años por “El Homo Sapiens”, o sea de donde venimos.
Se afirma que los segundos exterminaron a los primeros porque el Homo Sapiens conocía la lanza, y logró acabarlos en el curso de cruentas guerras.
Existen muchos interrogantes sobre las actitudes y comportamientos de los Neandertales, los sentimientos que tenían.
Hace unos 100 años encontraron en una población en el sur de Francia los restos de un Neandertal que llamó la atención el cuidado que había recibido cuando era mayor.
Es decir, los Neandertales conocieron la compasión, y se afirma que también la ira y el miedo.
Esto es que, antes de conocerse la actual raza humana, quienes nos precedieron, ya conocían el sentimiento del miedo desde hace más de 50.000 años.
Hoy el mundo tiene miedo por el coronavirus. El miércoles pasado tuve ocasión de escuchar un debate en la radio francesa en donde una profesora, que venía del norte de Italia, en donde trabaja dictando clases, y ante el cierre de toda actividad, la profesora regresó a Bordeaux y los periodistas le preguntaron cuál había sido el protocolo que se le había seguido a la llegada al aeropuerto.
La profesora desconcertada, como si ella fuera la responsable de que no se hubiere tomado ninguna medida a su llegada, contestó que ninguno.
Hubo hasta alarma de los periodistas y en seguida el debate que se siguió es si deben aislar o no a la angustiada profesora.
Los mismos periodistas trataron de comunicarse con el ministro de salud. En Bordeaux tienen temor con ese caso. El mundo tiene miedo.
La fragilidad del ser humano es absoluta.
El hombre ha llegado a tratar de construir un mundo confortable, con casas con todas las comodidades, vehículos, celulares, aviones y todo el confort que nos puede rodear, pero en cualquier momento esa fragilidad del ser humano aparece; en cualquier momento se expande por el mundo un virus, una pandemia, frente a la cual no sabemos cómo reaccionar. En este mundo de falsas noticias frente al coronavirus se dice de todo, incluso hay quienes aseguran que se trata de un virus calculado, porque hasta grandes multinacionales farmacéuticas, tienen lista una vacuna para venderla, y necesitaban crear el virus para hacerse ricos.
Uno de los pensadores actuales que ha escrito más sobre el tema en los últimos años, es Yuval Harari, y en su libro Homo Deus, describe lo que hace muchos años fue la gripe aviar que acabó con mucha gente. El ébola fue otra pandemia que acabó con una gran parte de población africana. Las pandemias no son nuevas en la raza humana. Hace muchos años cuando se presentaban epidemias de gripa o pestes, la carencia de recursos médicos de los estados para hacerles frente, hacía que desaparecieran grandes cantidades de población. Morían el 10 0 15% de una población. Hoy en día el gran problema de la humanidad es que avanzamos en desarrollo tecnológico, y llegamos a puntos maravillosos. Por ejemplo, ya existen lo que se llaman “Nanorobots”, que son chips, puntos de tecnología que puede llegar a circular por el torrente sanguíneo, y por ejemplo, si encuentran que una persona tiene células cancerosas y las elimina. Por eso se afirma que próximamente, las generaciones jóvenes de hoy, pueden llegar a vivir hasta 150 años.
Una revolución humana, para el hombre.
Pero sucede que hoy en día el mayor riesgo para el hombre que avanza en esos descubrimientos tecnológicos, es el mismo hombre que utilice esa tecnología para destruirse. Por esos los chinos hasta hace poco se divertían creando virus. Ahora tienen miedo, porque el juego puede convertirse en una pandemia. Es un tema largo sobre el que estoy preparando un documento de lectura.
Nota. Felicitaciones a Hugo Horacio Londero por la emotiva, bien escrita y sentida carta que le escribió a José Augusto Cadena para que respete a Cúcuta.