Esta semana, la periodista Paula Bolívar destapó una investigación periodística impecable sobre la compra de los carros tanques que resultó en la renuncia del director de la UNGRD, Olmedo López.
Cuando el gobierno quedó al descubierto por las pruebas reveladoras, el secretario de transparencia, anunció que presentaría una denuncia contra los funcionarios responsables.
En respuesta a las declaraciones de Petro sobre este tema, es imperativo aclarar al pueblo que, a pesar de los intentos del gobierno por atribuirse este triunfo, fueron los medios de comunicación los verdaderos artífices de la salida de López. No fue el secretario de transparencia de la presidencia quien lo descubrió. Está lejos de ser el héroe de esta desagradable novela, a pesar de los intentos por presentarlo así.
La UNGRD es una entidad adscrita a la presidencia, lo que implica que este funcionario depende directamente del presidente. Este cargo es la "gallinita de oro" para muchos políticos, ya que la contratación se realiza de manera directa debido a la urgencia en situaciones de emergencia.
La primera pregunta que se le debe hacer a Petro es por qué nombró a Olmedo López. Iniciemos con lo fundamental: su perfil, al igual que el de varios funcionarios de este gobierno, carecía de experiencia, habilidades técnicas y conocimientos específicos en gestión de riesgos y emergencias, aspectos cruciales para desempeñar adecuadamente dicho cargo. Y esto no va a cambiar, ya que designó al ex concejal Carlos Carrillo, diseñador industrial y con maestría en Arte y Diseño, que no tiene experiencia alguna en este tema, en reemplazo de López.
Este no es el único aspecto criticado del nombramiento. Según las denuncias de los medios de comunicación, surgió de una transacción burocrática con políticos cuestionados de Antioquia que respaldan al Gobierno, como el senador conservador Carlos Trujillo, su socio político el guajiro Jaime Lacouture y el imputado Julián Bedoya.
Lo más alarmante, como lo denunció la periodista Diana Giraldo, es que "antes de que estallara este escándalo en julio de 2023, tres meses antes de las elecciones regionales, cerca de 200.000 millones de pesos destinados a la Dian terminaron en la UNGRD. El artífice de este desembolso fue el senador liberal Juan Diego Echavarría, la fórmula al Senado de Julián Bedoya, que completa el triunvirato Trujillo-Bedoya-Echavarría, que siempre salta en cada escándalo."
Más grave aún, también se había convertido en un fortín político para su hijo Nicolás Petro, quien utilizaba la entidad para nombrar a sus polémicos amigotes, claramente sin intenciones santas, según advirtió Day Vásquez. ¿No se suponía que el presidente controlaría a su hijo para evitar que siguiera delinquiendo? ¿También se le metió a sus espaldas una entidad adscrita a la presidencia?
El presidente, como es su costumbre, posó como víctima y no asumió responsabilidad alguna. Cree que, al haber presentado la secretaría de transparencia una denuncia penal, va a eximir su culpa, pero no, señor, el presidente es el principal responsable de esta debacle.
Ante el cuestionado historial non sancto de estos políticos y el de su hijo, ¿realmente esperaba que nombrarían a alguien con la integridad de la madre Teresa de Calcuta? No me haga reír...
Lo cierto es que la distribución de mermelada constituye un acto de corrupción que Petro está perpetrando. Este problema no es exclusivo de este gobierno, pero la diferencia radica en que el presidente vendió la esperanza de un país mejor, prometiendo abolir las prácticas corruptas que han afectado a la nación. Lamentablemente, resultó ser igual o incluso peor que en administraciones anteriores.
¿Cómo es posible entregar una entidad vital para salvar vidas a una pandilla de políticos corruptos? ¿Dónde quedó el ansiado cambio? Es inaudito seguir comprando lealtades, sin el menor reparo. ¿Los escándalos previos no han sido suficientes para detener esta práctica?
Señor Andrés Idágarra, ya que está posando como salvador, ¿por qué no aprovecha la denuncia penal contra el señor Olmedo para revelar de quién era cuota política? ¿Por qué no solicita una investigación al presidente por su participación en la entrega de mermelada?
¡Maldita corrupción!