Quienes tuvimos la oportunidad de utilizar las vías nacionales en esta temporada de fin y comienzo de año, nos encontramos que al registrarse un incremento en los viajes por parte de todas aquellas personas que decidieron salir de vacaciones, el resultado fue el de contemplar unas vías totalmente inundadas de tránsito, en donde cruzar los peajes se convertía en todo un tormento.
Las filas interminables de vehículos, en donde fácilmente había que esperar media hora para poder pagar la tarifa, llenaba de escozor a los viajeros, que veían alargar el tiempo de sus desplazamientos, por una circunstancia absolutamente absurda.
Desde hace años se viene hablando de los peajes electrónicos, y no los ve uno por ninguna parte, los que existen son una mínima proporción, en donde se puede deducir que a pesar de las inmensas sumas de dinero que le entran al Estado por concepto de los peajes, esos recaudos no atienten las necesidades apremiantes como ésta, a pesar de que las tecnologías existen desde hace años en todos los países.
Se ha prometido y se han dado fechas de implementación de los instrumentos, pero siempre se aplazan los tiempos, y todavía no sabemos qué es lo que realmente pasa.
Paradójicamente a esta enorme frustración, apenas estábamos regresando de los viajes, cuando se nos anuncia un incremento en los peajes del 5,62%. Realmente frustrante este escenario, que hace que nuestras vías sean ineficientes, tortuosas y llenas de inconvenientes, lo que desestimula el uso se las carreteras nacionales y resulta ser un obstáculo muy grande para el fomento del turismo nacional.
Además, el represamiento de los vehículos en estos puntos de recaudo, hace que los viajeros incrementen después las velocidades para tratar de recuperar tiempo, generándose un aumento de riesgos que llevan a producir accidentes, y desde luego, consecuencias fatales.
Los peajes electrónicos tienen que constituir una prioridad nacional; nos sentimos en un país atrasado y lleno de necesidades, cuando es posible contemplar, como lo es en este caso, que la plata está ahí. Esos recaudos son cuantiosísimos, y deben servir para financiar las prioridades del servicio. Además, si las tecnologías están disponibles desde hace décadas ¿por qué aquí ha sido imposible implementarlas?
Quisiéramos los colombianos tener una respuesta adecuada de parte de las autoridades del ministerio de Transporte.
Por otro lado, es necesario hacer un esfuerzo para dinamizar las entradas de las ciudades que, al registrar cualquier incremento del tránsito, quedan totalmente atascadas, frente a una impotencia de las autoridades viales para poder contribuir a la agilización del fluido.
Los episodios registrados tienen que servir para hacer un examen de la real situación y para que se permita hacer un ejercicio constructivo de lo que tiene que ser la reestructuración de las alternativas disponibles.