Lo que parece ser la gran noticia del viernes anterior fue la renuncia a la candidatura presidencial de la señora Ingrid Betancourt para sumarse a la aspiración del ingeniero Rodolfo Hernández, “esta decisión es para ofrecerle a Colombia una opción diferente que derrote a los corruptos y las maquinarias” dice parte de su mensaje con el cual consolida su apoyo al exalcalde de la ciudad bonita, Bucaramanga.
Esa adhesión que ocurre casi en el epílogo de la campaña presidencial, la hace Ingrid de manera conveniente teniendo en cuenta las escasas posibilidades de apuntarle al triunfo en la elecciones y opta por una posición más cómoda en lo personal, porque con la escasa aceptación entre los votantes es bien poco lo que puede aportarle a las aspiraciones de Rodolfo Hernández.
El “viejito” había dicho con insistencia que no haría pactos con ninguno y recibió a su nueva socia advirtiendo que se trata de una unión sin compromisos y por ello la acepta. Juntos coinciden en el discurso contra la clase política gobernante culpándola de las desgracias de este país, especialmente la pobreza y falta de empleo, fustigadas por la corrupción a todo nivel. Esto ocurre justo cuando los sondeos de opinión vaticinan una cerrada lucha por los votos entre quienes en la primera vuelta puedan ocupar la segunda posición para enfrentar a Petro en el definitivo ballotage. El candidato santandereano de acuerdo con estas cifras se acerca a Fico Gutiérrez y le estaría disputando esa segunda posición que hasta hace poco tenía segura el exalcalde de Medellín.
Esta nueva posibilidad que surge a partir de los análisis de las encuestas añade un novedoso ingrediente y de cierta forma sazona el enfrentamiento por las posiciones de vanguardia. A Fico se le reconoce su gestión como administrador cuando ocupó la alcaldía en su ciudad natal, mientras que el ingeniero Hernández enfatiza que su lucha es por derrotar a los que cometan actos de corrupción. Esta conducta que está remachada como una marca registrada en el quehacer de los gobernantes de todo orden, porque los hay desde los altos círculos del poder hasta los más recónditos lugares de la geografía colombiana donde un alcalde o concejal pide coimas o se apodera del erario.
Ese discurso del ingeniero Hernández, con cierto grado de populismo y cargado del elemento fundamental que está buscando el elector, esto es, el cambio; ha logrado calar en el público y consecuencia de ello es el ascenso que se observa en las recientes encuestas, pero le queda faltando todavía para convencer de lleno, dar a conocer las estrategias para modificar las costumbres de los políticos de apropiarse lo que nos les pertenecen y cómo castigarlos, además debe decir de manera contundente cómo solucionará otros problemas estructurales en el país, sobre todo en salud, educación y empleo.
Todavía Petro no gana, Hernández no se adelanta a Gutiérrez, ni este ha perdido su posibilidad de llegar a ser presidente. Hace falta el veredicto del 29 mayo que bastante reñido va a estar.
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