Amables lectores: La seguridad se ha deteriorado en todo el territorio nacional. El presidente de Colombia siente gran desprecio por los que protestan pidiendo al gobierno medidas de seguridad, trata de arribistas a los que libremente salen a marchar.
A las preocupaciones que tienen los empresarios por la inflación, los altos costos de los insumos y el aumento de las tasas de interés se suma un flagelo que los tiene en alerta: La inseguridad.
Los atracos a establecimientos comerciales y restaurantes, las extorsiones, el sicariato y los secuestros son algunos de los delitos que perturban las operaciones de los negocios en Colombia. Gremios piden a las autoridades que actúen y les advierten el impacto negativo para la economía, que trae esta situación tanto en el campo como en las ciudades del país.
Hernán Echavarría en su documento titulado: “Acciones urgentes frente al aumento de la inseguridad y la violencia” analiza la política del gobierno actual de la famosa “Paz Total” y asevera que es urgente avanzar en la estructuración de un diálogo sobre seguridad buscando cerrar espacios al crimen y la violencia.
Bruce Mac Master, presidente de la Andi, gremio de los empresarios se pronunció con las siguientes palabras: “La inseguridad en las ciudades está desbordada”. Ruega no utilizar las estadísticas para negar la realidad. Los ciudadanos, afirma el dirigente gremial: “Nos sentimos realmente vulnerables y tenemos una creciente preocupación sobre este tema”.
En ciudades como Bogotá, Cartagena, Cúcuta y Barranquilla se ha reportado que la delincuencia ha tomado fuerza en el robo a restaurantes de maquinaria y equipo, así como a clientes que han perdido sus pertenencias y casos de sicariato. Los alcaldes, como jefes de policía deben generar incidencia en esta problemática.
En Bogotá y Barranquilla, los comerciantes, incluso los tenderos se han declarado víctimas de la delincuencia. El 64% de los comerciantes aseguran no sentirse seguros en la zona donde trabajan y el 57% tampoco se sienten seguros en el lugar donde viven. La inseguridad también se extiende al sector agricultor. En los últimos meses las invasiones, secuestros y asesinatos a productores y empresarios del sector cañicultor han venido en aumento.
El presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia, Jorge Bedoya, afirma que desde 2014, se han invadido más de 5.000 hectáreas, lo que ha significado perder más de 6.000 empleos en el sector agropecuario.
En las carreteras los transportadores de carga enfrentan dificultades. Existe un constante riesgo en la integridad de los conductores y aquellos que sufren varadas en rutas, son saqueados por vándalos desalmados.
El sector petrolero también ha sido afectado por la inseguridad. Las razones de orden público han llevado a algunas compañías a suspender o entrar en trámite de cancelación algunos contratos de exploración.
Resumiendo, las compañías y dirigentes gremiales expresan preocupaciones por la inseguridad y ven amenazadas su inversión y la actividad productiva.
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