Pocas veces Colombia ha tenido la oportunidad de ser anfitriona de un evento de importancia mundial, tanto más referido a la problemática de mayor actualidad de la humanidad como es la protección del medio ambiente.
Como la sigla con la que se identifica este evento es un poco enigmática, es bueno explicarla: COP significa “Conferencia de las Partes”, que es un organismo de la Convención del Marco de la Naciones Unidas sobre el cambio climático (CMNUCC), que tiene reuniones anuales para estudiar la crisis climática del planeta en tópicos tan críticos como las acciones para mitigar el cambio climático, adaptarse a sus efectos, y gestionar apoyo financiero y tecnológico a los países más vulnerables.
La COP es un ilustrado foro donde se crean compromisos y se identifican acciones para abordar los enormes desafíos contemporáneos relacionados con el medio ambiente.
En las diversas versiones de la COP se han alcanzado importantes acuerdos internacionales como el Protocolo de Kyioto y el Acuerdo de París donde se adoptaron medidas para reducir las emisiones de gases que generan el efecto invernadero, y promovieron la colaboración global para limitar el calentamiento global. En estos encuentros participan líderes políticos de todos los continentes, científicos especializados en estas materias, y representantes de la sociedad civil con el fin de lograr la cooperación internacional con miras a construir un futuro sostenible que favorezca las generaciones futuras.
La elección de Colombia como anfitrión de la COP16 surgió de los buenos resultados que mostró en la COP28 de Dubai, Emiratos Árabes, en 2023, y por su condición de ser el segundo país más diverso del mundo. A su vez, la selección de Cali como ciudad sede la hizo el gobierno colombiano analizando las ventajas que ofrece la capital del Valle del Cauca para acoger tan importante evento, y considerando, además, que ella constituye un polo de desarrollo sobresaliente en el suroccidente colombiano.
La impecable organización que ha hecho la Alcaldía de Cali para la realización de la COP16; la colaboración insustituible de la Gobernación del Valle del Cauca y el apoyo del Ministerio del Ambiente son los gestores de unos invaluables resultados en favor de nuestro país, y mostrarán a los miles de participantes del más alto nivel, a los innumerables visitantes que han llegado para disfrutar de las actividades programadas y a todo Colombia la pujanza de un país que tiene en su gente la mayor riqueza.
Es inevitable expresar una felicitación calurosa a las autoridades locales y regionales por le excelencia en la celebración de la COP16, y reconocer su espíritu de colaboración mutua para que las diferentes actividades se desarrollen bajo la protección de las fuerzas militares y de policía nacionales y extranjeras que han desplegado unos cuidadosos planes para evitar cualquier eventualidad violenta.
Una vez más los colombianos demuestran que cuando hay objetivos comunes y se actúa coordinadamente se logran grandes propósitos. Por encima de las diferencias políticas hay que tener como meta el progreso del país y el bienestar de los ciudadanos.
ramirezperez2000@yahoo.com.mx
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