Es sorprendente cómo en estos dos últimos años todas las manifestaciones de la izquierda en lenguaje, visión de la vida, conceptos políticos, económicos, religiosos y sociales, se apoderaron prácticamente del mundo entero. No se escapan las modas y el vestido y hasta lo que debemos producir y comer.
La izquierda trastornó todas las teorías y valores creídos, conocidos, sabidos, investigados y vividos por el Occidente cristiano.
Inconscientemente estamos pensando y hablando de forma diferente. Hoy la decencia y las virtudes están prohibidas pues lo correcto es lo torcido. Claro que esto no es casual ni ocurrió de la noche a la mañana. Para situarnos en el tiempo podríamos decir que todo se empezó a cocinar con la Revolución francesa de 1789. Sin embargo, existen antecedentes de lo que se vendría después, como la herejía de Martín Lutero, erróneamente nombrada Reforma protestante, en 1517, que cambiaría el mapa político de Europa.
Ahora, no se niega que la humanidad anduvo durante milenios sin verdadera justicia y en prácticas vergonzantes como la esclavitud, el menosprecio a la mujer, la subestimación de la raza negra,la opresión al pueblo mediante impuestos caprichosos y la compraventa de los cargos públicos – vicio que hoy se repite mediante distintos y a veces sutiles modelos -.
Sin duda que la prédica del cristianismoacerca de que todos somos hermanos, hijos de un mismo Dios, creados a su imagen y semejanza, introdujo una nueva percepción en las leyes y en el trato. La transformación fue lenta,pero llegó el día en que cesó la discriminación contra determinados individuos como los enanos, los invidentes, los enajenados mentales, los negros, los homosexuales,los niños, la misma mujer, etc.
Sin embargo, no han faltado los retrocesos y los excesos. Ejemplo: el aprobar que un niño hasta de seis meses se lo puede asesinar en el vientre materno porque con ello se protege la salud de la mujer,lo que se equipara a proteger la salud de una gallina al volverla gallo porque el poner huevos le puede ocasionar estrés, es un cinismo de los que se creen por encima de los demás en inteligencia y se autodenominan progresistas.
Ello demuestra que, con el reconocimiento de muchos derechosantes negados, afloraron los extremismos. Y no cualquier clase de extremismos sino los más irracionales. Por ejemplo, del respeto a que cada quien haga con su cuerpo lo que le venga en gana, se pasó a que como hay hombres que se creen mujeres y por eso se hacen castrar, cualquier fulano – o una fulana -, como lo vimos en un programa de la doctora Polo, puede afirmar, verbigracia, que es una mariposa. En la escena del caso judicial la doctora Polo le preguntó a la chica - que mostraba todo su cuerpo tatuado de mariposas- que desde cuándo se había convertido en mariposa y la muy tontica contestó que hacía tres años. La juez le comentó sarcásticamente: “- ¿Y todavía está viva? ¡Porque una mariposa no dura sino unos días!”
Muchas páginas se llenarían hablando de las extravagancias de otros movimientos.
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