En medio de la ola intensa de extremo calor que está viviendo el país, y buena parte del mundo, en donde las llamas amenazan las comunidades, destruyen los bosques y arrasan el medio ambiente, bueno sería aprovechar el momento para hacer una profunda reflexión sobre el compromiso ambiental.
Mucho se dice en los medios sobre la necesidad de actuar frente a esa crisis que vive el planeta, pero no nos detenemos a pensar en lo que debe ser nuestro propio compromiso. Teniendo en cuenta que tenemos unos alcaldes y gobernadores recién posesionados, bueno sería que el ministerio del Medio Ambiente los convocara con urgencia para analizar el tema a profundidad y establecer unas metas para el cuatrienio, en donde cada funcionario tenga una tarea específica para cumplir, que se traduzca en cifras concretas.
Debe preocuparnos, además de los incendios, que según las cifras oficiales existen once departamentos en riesgo de abastecimiento de agua; 530 municipios registran consumo de agua con amenaza para la salud, y 150 municipios reportan serios problemas de contaminación de sus fuentes hídricas; y ni hablar del deterioro de la calidad del aire.
Un panorama como este requiere de la urgencia de esfuerzos, para que el medio ambiente no se siga deteriorando de la manera tan dramática en que lo estamos percibiendo. Cada colombiano debe tener claro su compromiso individual y eso no lo sentimos, lo que nos lleva a generalizar la irresponsabilidad y a acrecentar el daño.
Y de otro lado, es importante dar el paso para despolitizar las corporaciones regionales autónomas, pues la mayoría se han convertido desde hace rato en dependencias partidistas, en donde desgraciadamente la prioridad no es atender el fenómeno ambiental, sino los intereses de los caciques regionales. Siempre se habla de su urgente reforma y siempre nos la quedan debiendo. Esas entidades tienen que ser eminentemente técnicas, en donde sea posible percibir un aprovechamiento óptimo de los recursos en planes y programas de gran impacto y no en alimentar frondas burocráticas y esquemas oscuros de contratación.
La ciudad de Medellín ha logrado bajar dos grados la temperatura gracias al impulso de su plan de ciudad verde, que ha permitido la siembra masiva de árboles y la disposición de zonas para parques en donde prime la naturaleza ¿por qué no replicar esa experiencia exitosa en resto de ciudades de Colombia?
El país entero quiere oír las voces autorizadas tomando las medidas que sean del caso, pues si no se actúa rápido, los fenómenos climáticos terminaran causando grandes daños a la vida de la población, y desde luego, a la economía nacional que se estremece frente a estos fenómenos dramáticos.
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