Es innegable que diciembre tiene un encanto especial; es, sin duda, época de luz y de amor. Y lo curioso es que hasta los no creyentes en Jesús se impregnan del espíritu propio de este postrer mes.¿Por qué será? ¿Será porque como dicen en las películas de este tema que en la Navidad ocurren milagros?
Es tan fuerte la afición por lo navideño que existen canales de televisión en Estados Unidos, los que podemos ver en Colombia y en español, que no pasan sino películas sobre el tema. Incluso, existe uno que desde noviembre hasta entrado enero no tiene otra programación. Aún más: las 24 horas del día. Pero los propietarios o productores de dicho canal son tan conscientes de que los espectadores siguen añorando los filmes navideños que en este año decidieron repetirlos de julio a agosto.
Yo me confieso un “Navilover”. Busqué la definición apropiada de este anglicismo y encontré lo siguiente: “Persona que ama la Navidad, se siente motivada a decorar, a crear adornos navideños, que siente una pasión por la comida de Navidad, le encantan las decoraciones y películas navideñas, así como dar regalos y pasar tiempo especial con amigos y familiares”.
Pero es tanto el entusiasmo que despierta la Navidad que el comercio no se aguanta la espera y desde septiembre se dan los primeros brotes y ya en octubre se despliega la propaganda.
Bueno: lo cierto es que entramos a diciembre, y vuelven las misas de aguinaldo a las cinco de la mañana. A mí me corresponde la parroquia de San Rafael Arcángel, rectorada hoy por el presbítero Jairo Cárdenas. Y tendré la satisfacción de oír de nuevo la Coral de Estrellas Juveniles cantando villancicos bajo la batuta de Marinita – Marina Bermúdez –.
Entre paréntesis, Marinita se merece un homenaje por los 40 años dedicados a cultivar las voces infantiles, con muchos logros. La agrupación ha llegado a tener 40 cantores; hoy tiene 20, el menor de cinco años. Ella se enorgullece – y con toda justicia – que de su coro han salido abogados, sacerdotes, médicos, un vicerrector de la universidad Libre, psicólogos, arquitectos y más profesionales. Guarda un grato recuerdo de los impulsadores de este ramillete de frescas voces, el muy recordado por la comunidad y hoy en la gloria celestial, padre Bernabé Echeverry, y doña Mercedes Navarro. También se emociona contando que han ganado varios concursos.
¡Mil aplausos y felicitaciones para Marinita y su coral!
En casa, el ajetreo no es ajetreo sino gozadera desde el principio: desde bajar las cajas que se guardan en el armario con el arbolito, el pesebre, las luces y los adornos. Por tradición ponemos villancicos mientras se desempaca, se arma, se cuelga, el uno alcanza algún adorno, el otro pega aquí, el otro extiende, el otro instala, en fin, mientras se organiza todo, hasta que la casa quede transformada en un ensueño navideño.
Por fortuna, nuestro pueblo no pierde sus principales tradiciones, y cuando parece que le hacen perder toda esperanza, llega la alegría de diciembre y de la Navidad. Como un milagro.
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