En todo proceso de planeación del desarrollo existe una noción de sociedad y una forma diversa y particular de organizar el territorio; este el principal reto que tienen los alcaldes y gobernadores en sus territorios, al combinar los elementos de la agenda, el plan de gobierno propuesto, la acción gubernamental y el plan de desarrollo municipal o departamental. Esto parece simple, pero requiere de una adecuada combinación de participación, de planeación y de legitimación democrática.

Varias son las restricciones que enfrentan los alcaldes y gobernadores electos: la primera, la conformación de un equipo de gobierno de primer nivel con liderazgo para trabajar de manera articulada y complementaria. La segunda, son las restricciones de tipo legal y constitucional que define la ruta y los tiempos para la formulación y la aprobación del plan de desarrollo. La tercera, es lograr armonizar el plan de desarrollo con su base presupuestal y el plan operativo anual de inversiones (POAI).

En este proceso los mayores “obstáculos” que tienen los alcaldes y gobernadores es el tiempo, los grupos de presión y el grado de oposición consolidado en los concejos y en las asambleas que en una democracia es “un mal necesario”.

Todo juega en contra. Por esta razón el espejo retrovisor no es aconsejable, pero la información surgida de los empalmes es fundamental y estratégica para oficiar a las entidades de control frente a posibles hallazgos y, por supuesto para fortalecer y ajustar el plan de gobierno en sus aspiraciones y alcances dado que muchas veces no hay equilibrio entre lo prometido en campaña y la realidad. 

Como la realidad es ineludible y los problemas que enfrentan los alcaldes y gobernadores son numerosos, diversos en naturaleza y en su complejidad; la acción gubernamental debe estar soportada en una alta capacidad técnica del equipo de gobierno para elaborar un diagnóstico con base en la evidencia disponible y muy próximo a la realidad local, regional, nacional e internacional, en especial en ciudades como Cúcuta, Cartagena, Cali, Medellín y un departamento fronterizo como Norte de Santander.

El siguiente paso es hacer compatible el diagnóstico con los imaginarios sociales y las expectativas ciudadanas, comunitarias y gremiales. Tarea no fácil que requiere un proceso amplio de participación, de construcción colectiva y de legitimación democrática. Luego, el equipo de gobierno debe avanzar en el diseño del contenido estratégico y prospectivo dado el análisis poblacional, sectorial, intersectorial y de corte transversal que se ha definido como soporte del plan de desarrollo. Adicionalmente debe surtirse la fase de armonización de la base financiera y presupuestal al tener en cuenta el marco fiscal de mediano plazo que permite la viabilidad del plan a través del POAI.

El proceso continúa formalmente con su presentación ante el consejo territorial de planeación para su discusión y retroalimentación, aquí surte efecto la fase consultiva para luego avanzar a la etapa de discusión, de reformas y de aprobación final por parte del concejo municipal o de la asamblea departamental. En caso contrario, el alcalde o el gobernador de turno están facultados por ley para aprobar el plan por decreto.

Finalmente, aunque este proceso no es lineal ni mecánico, realmente los alcaldes y gobernadores empiezan a implementar y a evaluar sus planes de desarrollo en el segundo año de gobierno, habida cuenta que inician su periodo con una ruta crítica y un presupuesto aprobado en la vigencia anterior, por esta razón es vital no caer en la tiranía de los “likes” y las tendencias mediáticas. 

Enfocarse en perfeccionar la capacidad de gestión de recursos es clave ante el gobierno nacional y los organismos de cooperación internacional. Asi como la determinación de una agenda propia, menos reactiva y congruente con las acciones de gobierno, con el plan de desarrollo municipal, departamental y nacional, tal nivel de articulación tiene por objeto misional mejorar las condiciones de vida de la gente. 

*Docente e investigador de la Universidad Libre (Seccional Cúcuta). Twitter: @jramiz17 

Email: jramirez7801@gmail.com