Amables lectores: Como buenos ciudadanos y padres abnegados, y preocupados por el desarrollo integral de un hijo, miremos que está sucediendo con el manejo de nuestra niña bonita: “La economía colombiana”.
En el año 2022 se lograron unas importantes cifras de crecimiento en la economía de nuestro país pero al iniciar el 2023 se habla de una desaceleración y que el crecimiento podría estar por debajo de 2%.
Los síntomas de la gravedad de la desaceleración son evidentes: Las ventas de vehículos, de vivienda, alimentos de la canasta familiar, artículos para el hogar y vestuario, decrecen. La industria disminuye su producción. Los constructores tramitan menos licencias de construcción, disminuye la cartera bancaria y aumenta su porcentaje de vencida. Resumiendo se ha frenado el consumo.
Ante este panorama me pregunto, ¿qué habría sucedido si el gobierno anterior no hubiese sido conservador en el manejo económico? Un gran desastre. Los ingresos del estado disminuyendo se acudiría a mayor crédito externo, aumentando la monetización con una revaluación adicional y la inflación divirtiéndose.
Quebrar la inflación ha sido el objetivo de nuestro Banco Central (Banco de la República). Se han aumentado las tasas de interés no obstante la presión del ejecutivo por bajarlas e igualmente los gremios. El aumento exagerado de los precios de los alimentos en el mercado mundial, ha sido un factor determinante en el alza de la inflación. Algunos relacionan este mayor valor de la comida al alza en los precios del petróleo, esto es solamente cierto en forma parcial pues aumentan fertilizantes y otras variables, no es menos cierto que los monstruos de China e India, influyen en sus mayores costos. Estos países importan alimentos, aumentando la demanda sin considerar el precio de los mismos. Sus autoridades afirman: “Nuestros pueblos merecen una mejor alimentación por ser los generadores de esa nueva riqueza”.
Debemos ser muy cuidadosos, pues sería gravísimo un desbordamiento inflacionario. Se sabe que es más fácil curar al enfermo de amebas (Jesucristo se cambiaba de anden cuando lo veía venir) que inventar una fórmula definitiva contra la inflación. Se debe lograr equilibrio para obtener un balance entre la inflación y la depreciación de la moneda. El Dane publicó los resultados del Mercado laboral de Diciembre de 2022. Registró que alcanzó una tasa de desempleo del 11.2% mejorando en 2.6 puntos las cifras del 2021. Analizando el mes de diciembre de 2022 vemos un retorno de las tasas de desocupación de 2 dígitos. Es clave vincular a la academia al estudio del fenómeno del empleo. Las universidades deberían estar produciendo los profesionales que efectivamente necesite el mercado de trabajo y no formar profesionales solo con el objetivo de obtener ingresos por matrículas, produciendo un desempleado más con la gravedad de ser este, ya un profesional, llevando intrínseco una inversión de país. El nuevo marco laboral debe además acoplarse a las necesidades de las plataformas digitales, del trabajo por horas, del trabajo híbrido (presencial y remoto). Se necesitan medidas que garanticen más y mejores trabajos. Las universidades deben ser centros generadores de ideas para nuevos trabajos productores de empleo.
