Hasta ahora este el mejor resumen gráfico de lo que ha sucedido con ese nuevo capítulo de la fuga de Aida Merlano. No encuentro otro libro o referencia literaria mejor para tratar de entender desde el punto de vista histórico, humano y hasta psicológico sobre lo que ha llevado a Aida Merlano a construir esta indignante historia, que la Divina Comedia de Dante Alighieri escrita por el poeta Florentino en el siglo XIV. En su libro Dante relata que el ser humano incurre en conductas pecaminosas que lo llevan al infierno. La Biblia nunca habló del infierno. La primera vez en la historia de la literatura universal que se habla del infierno es hacia 1330 con la Divina Comedia con Dante. Se considera que esta es la obra por excelencia de Italia, y una de las más importantes de toda la literatura universal. Si Aida Merlano la hubiera conocido y leído antes de ser congresista, habría terminado en lo que está hoy, en fuga, con orden de captura de la interpol y su hija presa? Es probable que no de haber hecho una buena lectura.
Dante narra en su libro que el infierno tiene 9 círculos a los que llega el hombre según su comportamiento reprochable en el mundo – cada vez que el pecado es mayor, desciende a un círculo peor - y en la medida en que se acerca al nueve, el espacio y el hedor que debe sufrir se hace más insoportable como castigo por lo que ha hecho en el mundo. En eso es lo que anda hoy en día Aida Merlano, escondida en cualquier lugar y seguramente viendo las imágenes de televisión que muestran a su hija capturada en Barranquilla quien, también en un afán, tratando ya de emular las actitudes de su madre, cambió su imagen para no ser detectada por la policía. Según Dante, la malicia, el fraude y la lujuria es el segundo círculo del infierno en el que se castigan estas conductas, y hoy la ex congresista, más que estar huyendo, debe estar más que orgullosa de su fuga, atribulada al ver a lo que ha llevado hasta su propia familia.
El pasado jueves estuve con Ricardo Gelves y Rafael en ATN hablando sobre estos temas, y ahora que estamos cerca de las elecciones y estamos viendo a muchos políticos incurrir día a día en excesos, soberbia, vanidades e incluso cometiendo hasta asesinatos con tal de lograr sus propósitos, en ese escenario Ricardo preguntaba qué se podía hacer para evitar que el elector no vendiera su voto y de esta manera pudiéramos mejorar nuestra democracia.
Tenía oportunidad de expresar el impacto que genera un episodio como el de Aida Merlano en el elector, en la sociedad colombiana. Sin duda es impactante y demoledor. El recorrido es casi escalofriante: una mujer joven que para llegar al senado tenía armas, metralletas y hasta granadas, además de varios millones de pesos encaletados, y después de ello es condenada a 15 años, y ahora se encuentra en fuga, es un itinerario donde la mentira y la trampa se imponen en varias regiones del país. Los periodistas y amigos de ATN que tienen los mejores propósitos para rescatar a Cúcuta y la región de todos estos pecados, pues en efecto, ¿cómo se le puede pedir al elector un buen comportamiento electoral, que no negocie su voto, después de ver todo lo que ha pasado con Aida Merlano? Definitivamente la democracia en Colombia está en cuidados intensivos.
Es más, teníamos ocasión de analizar el informe de la Fundación Paz y Reconciliación que concluía con datos y cifras puntuales que de los 32 departamentos que hay en el país, en 12 de ellos ya no tenía sentido hacer elecciones porque ya se sabía con anticipación los clanes y componendas que ganarían. La gente con ideas pero sin dinero no tiene ninguna opción, al menos en esos 12 departamentos. Y es que lo arroja ese estudio es grave y preocupante, en cuanto indica que en Colombia en cerca del 30% la democracia falló, que ya la elección popular de gobernadores y alcaldes fracasó como democracia. La elección popular local, por lo menos en 12 departamentos se ha convertido en un sainete. Sé que modificar esta realidad supone una reforma constitucional, pero 28 años después de expedida la constitución del 91, esta es una realidad incuestionable y hay que empezar a trabajar esta idea: acabar el negocio de las elecciones de alcaldes y gobernadores al menos en algunas regiones del país. Al país no le queda otra opción. Esto nos permitiría al menos evitar que algunos políticos nuestros sigan acercándose a uno de los 9 círculos del infierno que los que hablaba Dante.
