A mediados del siglo XIV Europa vivía tranquilamente en un mundo feudal, cuyos únicos contratiempos eran las guerras, muchas de ellas originadas en diferencias religiosas y otras por el frecuente exceso de los reyes, pero aún así era una vida que transcurría sin mayores contratiempos. Esa mal llamada paz se rompe en el año 1.347 cuando una peste azota a Europa, al igual que hoy, cuya propagación se dio en Italia. Fue una pandemia devastadora. Se le llamó la “ Peste negra”, o bubónica, y se calcula que mató más de 25 millones de europeos que para esa época podría ser la cuarta parte de la población.
En algún momento llegó a culparse a los judíos como los supuestos “inventores” del virus, y dio origen a que se iniciaran persecuciones, al punto que diferente a las matanzas de judíos que hubo durante el imperio romano, durante la peste negra en Europa se origina lo que se ha llamado los “progromos”, o matanzas y persecuciones contra los judíos. Muchos de ellos fueron azotados y perseguidos. Ese podría ser un efecto político de la pandemia.
En la literatura la peste negra igualmente tendría un efecto que se prolonga aún por estos días. Es el nacimiento de la obra “El Decamerón” de Giovanni Boccaccio, que recrea como la gente de una de las ciudades más golpeadas por la pandemia, Florencia, mucha gente huyó de la población, y durante los años más difíciles de la pandemia, 1.347 – 1353, salen, se reúnen, cuentan historias en donde los temas fundamentales son el amor, la lujuria, los cantos, el erotismo, la fortuna y la inteligencia como los ejes de los cuentos. Boccaccio escribe 100 cuentos, los describe, los narra y hoy es uno de los grandes libros que se han escrito de literatura. Su origen fue una pandemia. Algunos consideran que es uno de los libros precursores del Renacimiento.
“La máscara de la muerte roja” de Edgar Allan Poe, un cuento sobre la fatalidad de la muerte. Un príncipe y sus amigos nobles que se encierran en un castillo esperando a que los efectos de un virus azoten a la población de Londres, cuyos efectos letales provocaban la muerte en media hora, pero que el virus nunca pudiere entrar al palacio que previamente había sido soldado en cada una de sus puertas. El príncipe para distraer a sus amigos inventa una fiesta en la que en algún momento aparece una máscara con señales de sangre. El pánico y temor se apodera de los invitados. El príncipe toma una daga y persigue la máscara, y al enfrentarse, se descubre y no había nadie, o tal vez sí: la muerte. Que se apodera y ataca al príncipe y lo mata rápidamente. Algo de lo que hablamos mucho por estos días. La fragilidad del ser humano.
“Los cuentos de Canterbury”, es un libro de Geoffrey Chauser“ y el diario del año de la peste” del también escritor inglés Daniel Defoe, que nuevamente en Londres, la novela narra el diario, el día a día de un hombre en cuyo confinamiento la muerte lo asedia. Sin bien es ficción, aún así el escritor describe sectores y varias calles que hoy en día existen en Londres, gran capital que a pesar de toda la literatura que se ha escrito sobre pandemias, temores y miedos, por estos días desafiaba la actual pandemia.
Uno de los libros que más se leen por estos días en el mundo, “La peste “ de Camus, la pandemia que azota la ciudad de Orán al norte de África. Una de sus reflexiones es que aún en tiempos de crisis, de pandemias, aparece lo peor del ser humano: la insolidaridad y el egoísmo. Y una muy nuestra, “Algo muy grave va a suceder en este pueblo”. Un cuento de García Márquez, que comienza con la narración de una señora mayor con dos hijos, a quienes sirviéndoles el desayuno les advierte: algo muy grave va a suceder en este pueblo. El mayor se burla, y sale a jugar billar con sus amigos, y con la experiencia que tenía jugando, trata de hacer una jugada que siempre le había sido fácil, pero ese día no pudo…….sus amigos sorprendidos le preguntan, y les responde lo que les comentó la mamá en el desayuno. Un buen cuento por estos días.
