Amables lectores: El ministerio de Hacienda confirmó dentro del presupuesto del recién creado ministerio de la Igualdad, la viabilidad de tener recursos para el programa: “jóvenes en Paz”, para entregar un auxilio de un millón de pesos mensuales a 100.000 jóvenes entre los 14 y 28 años de edad en zonas vulnerables y de extrema pobreza que muestran riesgo de reclutamiento por parte de grupos criminales. La cartera de las finanzas públicas destinará 1.2 billones de pesos para las transferencias de un año a este programa.
Desde Buenaventura, en el mes de Julio pasado el presidente Petro afirmó: “Serán miles de jóvenes a los cuales vamos a pagar por no matar, por no participar en actos de violencia”. Como es lógico esa declaración causó rechazo porque la idea de dar dinero por abstenerse de incurrir en homicidios, es una destinación inaceptable de recursos públicos.
Por cada joven en entorno social y con dificultades económicas que opta por el camino de la criminalidad o cae en manos de redes de explotación sexual o reclutamiento forzoso, hoy muchísimos más que resisten esas presiones y que buscan ganarse la vida aprovechando las oportunidades de remunerado trabajo honesto. Me pregunto: ¿No deberían estos jóvenes recibir el apoyo necesario en lugar del millón de pesos para “alejarse” de la criminalidad?
Estos incentivos envían a los jóvenes señales incorrectas. Si el joven que este gravitando en la delincuencia y las bandas recibe subsidio y son ignorados los que no ejercen esa práctica es un mensaje negativo y puede incentivar a la juventud a ser delincuente.
Resumiendo: Estos incentivos son muy perversos. Como miembro que fui por varios años del comité directivo y nacional de la Federación Nacional de Cafeteros, en mi concepto una organización no gubernamental rural, con 540.000 productores afiliados en todo el país; veo con preocupación cómo el presidente Petro, destapó sus cartas y va detrás del control absoluto de la organización creada en 1927.
La Federación nombró por unanimidad, después de un largo y garantista proceso democrático a Germán Alberto Bahamon, oriundo del Huila, mayor productor cafetero del país, pero el presidente Petro, alegando que la federación necesita una reestructuración y manifiesta
inconformidad con la brecha entre el salario que devenga el gerente del gremio en comparación con el ingreso recibido por el productor de café.
El presidente no quedó satisfecho con la simple crítica, sino que en Pitalito, Huila, y como es frecuentemente su estilo, con tono amenazante concreto que si no se hacían los reajustes que él pensaba, “terminaría” con el contrato de administración del Fondo Nacional del café, recursos fiscales, que maneja el gremio ciñéndose al acuerdo vigente hasta el año 2026.
Resulta para “no creer” que Petro concentrara su odio personal contra la cúpula de la Federación, en lugar de apoyar a su dirigencia en resolver los problemas que afectan a los
540.000 productores, como la problemática pensional originada desde la liquidación de la Flota Mercante Grancolombiana, que hoy desangra por un fallo judicial, las arcas del Fondo Nacional del Café. Adicional que se colabore por parte del estado a encontrar solución a los retrasos de entrega de café a las cooperativas, de venta de futuros, pactadas por los productores, ante del alza del producto.
Se debe también encontrar solución a la renovación de cafetales envejecidos con nuevas variedades resistentes a la roya que permiten volver a la producción de 12 millones de sacos del año anterior, superando los 10.7 millones actuales. Nos sentimos orgullosos y agradecidos con el gremio cafetero por su invaluable aporte económico y social al país.