No son pocas las acciones emprendidas en el planeta contra la estabilidad de este. Desde diferentes territorios habitados se han consumado actos depredadores, cuyos efectos han causado devastación en proporciones de inocultable gravedad. La contaminación ambiental proviene de ese comportamiento de degradación, el cual, además, se volvió recurrente.
Las explotaciones extractivas de las empresas contribuyen sin contención al deterioro que ya se reporta como un daño globalizado, pero ante el cual ha predominado más el interés utilitario de quienes reciben ese beneficio, que la existencia de la población mayoritaria pero desprotegida.
La tala de bosques, la mimería ilegal, el uso de combustibles fósiles, los incendios forestales, el manejo de las basuras sin control alguno y otros desatinos lesivos para la integridad de los ecosistemas alteran el funcionamiento del entorno mundial y generan perspectivas alarmantes. Esa situación ha tomado fuerza generalizada y es motivo de preocupación, aunque no siempre se proceda en forma consecuente para la solución de los problemas acumulados y la contención de nuevas emergencias.
La defensa del medio ambiente pasó a ser un tema de Estado. Hace parte de las agendas políticas de candidatos a cargos de poder. En Colombia el presidente Gustavo Petro lo tiene como una de sus prioridades de gobierno. Lo expone en sus intervenciones ante organismos de competencia internacional y esto le da liderazgo mundial.
El reconocimiento a Colombia de su biodiversidad le sirvió apara ser la sede de la COP 16, evento que se inaugura hoy y termina el 1 de noviembre, con la acreditación de 196 delegaciones de igual número de naciones. Es la conferencia de las Naciones Unidas sobre la biodiversidad. Las 15 anteriores reuniones han puesto énfasis en los objetivos encaminados a la protección de los recursos naturales en beneficio de la humanidad.
Con el lema Paz con la naturaleza se hace un llamado tendiente a mejorar la relación con el ambiente, repensar el modelo económico que no priorice la extracción, la sobreexplotación y la contaminación, como lo han formulado los expertos.
La nutrida participación de gobernantes y delegados representativos de la comunidad internacional es propicia para la adopción de decisiones viables que le apuesten a la reparación de los males causado y al mismo tiempo tracen la hoja de ruta para una prevención sostenible.
Los preparativos, así como los espacios dispuestos para la COP 16 dan cuenta de la importancia de este evento mundial. Todo está previsto. Y los temas que serán tratados constituyen un valioso aporte a la comprensión de la protección del medio ambiente a nivel global.
Los resultados ya están previstos y comprenderán decisiones con las cuales se fortalecerán las dinámicas de la biodiversidad.
Esta misión ambientalista debe extenderse al ámbito del conocimiento. Las universidades y otros establecimientos de enseñanza podrían programar cursos especiales para actualizar a los estudiantes en cuanto respecta a la COP 16.
Se trata de generaruna corriente protectora del medio ambiente y tal función bien la pueden asumir los educadores en beneficio de todos. Y conviene hacerle seguimiento a los desarrollos de la COP 16 para el mejor aprovechamiento de este evento mundial.
Puntada
La presentación en Cúcuta del proyecto de acto legislativo por el cual la ciudad capital pasa a ser Distrito Especial tuvo amplia acogida. Hay que preparar la celebración de su aprobación definitiva que está en curso en el Congreso.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion