El 29 de mayo de 2022 ocho millones y medio de colombianos, es decir el 40% del total dela votación, sufragaron por el Candidato ala presidencia Gustavo Petro Urrego, ex guerrillero del M-19 desmovilizado en 1990 que ya lo había intentado dos veces y le otorgaron el paso a la segunda vuelta electoral para el 19 de junio siguiente-, con dos banderas entonces inviables: redistribuir el sistema pensional, y acabar con la extracción de petróleo por el sistema Fracking.
Petro Urrego viene de ser uno de los fundadores del Pacto Histórico, un cocktail político tipo Roberta o el más fuerte conocido de 100% de alcohol y con cierto sabor a izquierda facistoide.
En la segunda vuelta arrimó 11 millones de votos o el 50.44%elmás votado hasta ahora, crecido por la levadura de protesta de una clase media expoliada por los tributos.
Casi que un mes antes, el 20 de abril del 22, en esta columna advertimos que casi todas las influencias políticas venidas del sur eran malas y que eran como los vientos alisios que hacen el mal según su fuerza.
Las acciones de gobierno Petristas, tienen influencias y matices peculiares del socialismo sureño, de Ecuador y Bolivia, de Argentina ydelPerú,del Chile de Boricy deVenezuela Chavista. De Pepe Mujica ylos Kirchner, de Boric y Castillo, de Rodríguez Zapateiro que arregló con ETA, deOrtega ylos herederos de Castro, gotitas de anarquía como diría el senador Gustavo Bolívar.
Fue mala la fuerza por ejemplo delos 80 años de vientos peronistas con todos los vestidos militares o civiles, de izquierda o de derecha, que se ha puesto el partido laborista argentino y el sindicalismo anarquista y sus programas justicialistas,soñado con subsidios que indisciplinan las masas, que anestesian la productividad e incitan al vandalismo desde los años cuarenta del siglo pasado, montados en el maniqueo enfrentamiento del pueblo y la oligarquía que han nunca definido.
Acciones de mala fuerza como la propuesta Petrista, para un continente dominado por el narcotráfico, como la legalización del consumo, cultivo y proceso de las drogas. Mala fuerza la de prohibir totalmente el porte de armas y restringir el derecho a la defensa de la vida y la integridad ´personal.
Mala fuerza la allegada al poder con la sombra de sotavento a la espalda por su falseada formación académica, por la inexplicable situación de corrupción ante el caudal probatorio de unos dólares más. Así estas cosas, ¿dónde irá a parar este globo?
Adenda: Entre tanto Jairo Tomás ayer ripostó a Rodolfo Hernández, que solo por terco, ya va terminando el embalse de Cínera, las dos plantas de tratamiento de residuos sólidos de Cúcuta y el tren del Catatumbo. Ver para creer.
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