Siendo por lo general el último trimestre, un periodo dinámico para la economía, preocupa que el sector de la construcción haya tenido un indicador negativo, al registrar un decrecimiento del -1,9%. A esto se suma que la Cámara Colombiana de la Construcción haya informado que en enero las ventas de vivienda cayeron un 50%.
Las alertas están dadas, sobre todo cuando se perciben claras señales de desaceleración de la economía y cuando la incertidumbre reina alrededor de la disminución de los niveles de consumo, las altas tasas de interés que registran las entidades financieras y el tema de los subsidios, sobre los cuales no hay todavía definiciones claras, pues el Plan de desarrollo sólo contempla 29.000 subsidios anuales, cuando se estimaba que fueran 82.000 y la reglamentación de las viviendas VIS ha generado toda clase de preocupaciones.
El sector de la construcción ha sido siempre el llamado para estimular masivamente el empleo, sobre todo en lo que se refiere a la mano de obra no calificada, que es la mas abundante y necesitada, lo que quiere decir que, si no es posible obtener crecimientos ambiciosos en este sector, el problema social se va sentir con intensidad.
Es necesario que, con la mayor urgencia, se estructure un comité del mas alto nivel, para estudiar formulas de salvamento que permitan al sector de la construcción retomar el impulso de crecimiento, pues además del impacto en el empleo, también lo es en el contexto global de la economía, y por supuesto en el mejoramiento de las condiciones para muchos para muchos sectores de la población.
Las realidades muestran estas preocupantes cifras y la urgencia del momento exige un manejo creativo y atinado que permita enderezar el panorama con la premura que se requiere. Sin duda quela convocatoria de un esquema de trabajo con todos los actores involucrados resulta necesaria y conveniente, pues cuando no es posible tener en cuenta a los sufrientes, las cosas terminan saliendo mal.
De otro lado, la construcción resulta ser toda una cadena en el sistema productivo, por la inmensa variedad de insumos que requiere, sin perder de vista que unas metas ambiciosas en esta materia permiten a muchas familias poder realizar el sueño de un techo propio para los suyos.
La enorme crisis económica que sacudió al país en los años 90, comenzó por el sector de la construcción, al que acompañó el indebido comportamiento de unas tasas de interés descontroladas, que hicieron que los indicadores no solo se volvieran negativos, sino que muchos propietarios de vivienda tuvieron que entregarlas a sus acreedores, porque no fueron capaces de cumplir con los esquemas de financiación.
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