Seguramente el episodio histórico de un gesto de confraternidad en una navidad, irrepetible e inmortal, sin duda fue el que se presentó el 24 de diciembre de 1.914 a los pocos días de iniciarse la primera guerra mundial, cuando en lo que se llamó “La guerra de las trincheras”, la tropas alemanas de un lado, y del otro las francesas, inglesas y belgas se disparaban despiadadamente en un fuerte invierno, y llegó la navidad, y de un momento a otro del lado alemán, en vez de escucharse disparos, se empieza a escuchar un canto; era el Stille Nacht – Feliz Navidad-, y los soldados de lado y lado dejaron de disparar.
Fue una tregua de Navidad. Y la confraternidad continuó: los soldados salieron de sus trincheras, se abrazaron y jugaron un partido de fútbol en el que los alemanes ganaron 3 – 2. Después perderían la guerra.
Al otro día siguieron matándose. En alguna ocasión tuve ocasión de ir a Verdún y conocí esas trincheras; aún es sobrecogedor entrar al cementerio en el que se pierde la vista al ver la infinidad de cruces blancas de todos los soldados que murieron.
Ese fue un regalo de Navidad que se dieron los combatientes, y que ha sido irrepetible en la historia.
Un regalo de Navidad este año para Colombia. Hace unos meses existe una estrella que se llama Macondo, y un llamado exoplaneta – que no gira alrededor del sol -, que se llama Melquiades.
Es decir, en la gran galaxia, gira toda la magia y fantasía que creó García Márquez en su literatura.
Le escuchaba el jueves pasado una excelente conferencia al director del planetario Germán Puerta sobre la Estrella de Belén.
Según sus estudios, lo que vieron los tres reyes magos, que iban obligatoriamente a censarse durante el gobierno del tirano Rey Herodes, que ante el anuncio que iba a nacer un rey de origen judío y el temor a perder el poder, fue lo que lo llevó a ordenar la muerte de niños; lo que vieron los reyes magos fue el resplandor de un planeta que recorría el espacio sideral.
A esa luz fue lo que se llamó la Estrella de Belén.
Otro regalo para el país en este año que termina, vino por cuenta de nuestros deportistas. Hubo dos triunfos históricos: el tour de Francia y el torneo de tenis de Wimbledon.
Las dos competencias hacen parte de la gloria del deporte mundial.
En el primero de ellos, fueron muchas batallas, muchos esfuerzos por años, en donde quedan en nuestro recuerdo etapas épicas como aquella que ganó en la montaña francesa Lucho Herrera en 1.985 a Bernard Hinault, en la que los dos cayeron, quedaron mal heridos, gana Lucho y a los dos se los llevan en la misma ambulancia.
Egan Bernal será un triunfador por muchos años. En lo local, el regalo que nos dio María Camila Osorio este año en el torneo open de los Estados Unidos recuerda momentos de gloria que vivió la ciudad con Fabiola Zuluaga. Igual, María Camila por su juventud y persistencia, vendrán muchas medallas y honores.
Hablando de deportes, hay que darles el agradecimiento a los jugadores del Cúcuta Deportivo y a su entrenador Sanguinetti por el profesionalismo y pundonor en este torneo, que hizo que llegaran a la final a pesar de que su presidente Cadena hasta hace pocos días no les había pagado sueldos. Es muy difícil la campaña de un equipo en el que su presidente sigue empeñado por intereses nada loables, que el equipo caiga a la B.
En el mundo de las letras, buen regalo le hizo a la región y al país el escritor pamplonés Luis Luna Maldonado con su premio en el concurso Clarín por su libro que trata sobre la migración “Aquí solo regalan perejil”. Si ha habido un Norte santandereano ilustre, uno de nuestros intelectuales más importantes en toda nuestra historia que desafortunadamente murió muy joven, fue Jorge Gaitán Durán, a quien algunos poetas por estos días recordaron en una jornada lúdica rememorando sus escritos y poesía. De los libros este año que pueden ser un buen regalo de navidad, “La rebelión de los oficios inútiles”, del joven escritor de San Vicente de Chucurí Daniel Ferreira, una de esas historias que suceden todos los días, una narrativa de unos campesinos que en los años 70 deciden tomarse un terreno del cual habían sido despojados. Otro muy bueno, “Lejos de Roma” de Pablo Montoya, sobre el exilio de Ovidio. Feliz Navidad a todos.