Amables Lectores: “Con el predial me basta”, es una expresión de Gustavo Petro durante su campaña presidencial. Escribe Fernando Londoño, que el candidato de izquierda, ante el acoso de algunos periodistas, como respuesta a la pregunta sobre si expropiaría o no algunos bienes si llegaba a la presidencia dijo lo siguiente: “Con el impuesto predial me es suficiente. No voy a expropiar ni a confiscar los bienes de nadie, para que usar gritos y posiciones chavistas, solo por hacer el show mediático”.
Afirma Londoño estar de acuerdo con lo dicho por Petro porque un impuesto predial desmedido como el que tenemos, unido a otras arandelas como el gravamen del patrimonio mal llamado impuesto a la riqueza, llevando de la mano la renta presuntiva y la famosa valorización por beneficio general, sirven para implantar el socialismo del siglo XXI y no se necesita gritar: “Exprópiese”. El sistema capitalista que en teoría se vive en Colombia, es atacado por diferentes frentes fiscales. El Impuesto al Patrimonio o la Riqueza, es una duplicación tributaria. En contribuyente ya canceló impuesto sobre esa renta que poco a poco lo llevó a armar ese patrimonio. Esto tiene caracteres de expropiación. Es el mismo caso de la tributación, tan discutida, sobre los dividendos de las acciones. La empresa emisora de esos papeles ya pagó impuesto sobre la utilidad que se transfiere como dividendos al accionista.
Al predial se le une la Renta Presuntiva que golpea nuevamente la propiedad privada haciéndose cada día más inviable ser dueño de algo. Pero peor aún, los alcaldes descubrieron un filón fiscal apoyados en la sentencia del Consejo de Estado llamada: “Valorización por interés general”. Hoy el contribuyente no paga porque la administración lo haya vuelto más rico con una obra construida dentro del área de ubicación de su propiedad, sino que debe pagar por una obra lejana que no le beneficia en nada y más grave aún: “Todavía no se ha construido y es solo un proyecto”.
Con estas medidas tributarias el socialismo se va implantando para quedarse y la propiedad privada seguirá perdiendo interés del inversionista. Ya no se adquiere vivienda para rentar sino para habitar, aprovechando subsidios del estado como “Mi Casa Ya”.
Estos alcanzarán en el 2019 los 400.000 millones de pesos y adicionalmente los beneficiados recibirán bonificaciones en la cuota inicial y una tasa de interés que haga competitiva la amortización mensual con el arriendo que hoy esté pagando. En la actualidad solo el 17% de la vivienda se adquiere para rentar y esta ha perdido atractivo, por el cúmulo de impuestos. Los constructores han pospuesto los proyectos importantes dándose cuenta del freno y el poco interés de los compradores.
Ir de pasajero en un vehículo por la ciudad nos permite observar a lado y lado de la vía en casas, apartamentos, locales comerciales y oficinas, el consabido aviso: “Se vende o se arrienda”. El alcalde de Cúcuta plantea al Concejo de la ciudad, rebajar los intereses de mora para el contribuyente con atrasos en sus obligaciones.
Hoy los morosos son el 71.3% de los 249.000 predios registrados. Su atraso supera los 150.000 millones y si los ingresos del fisco municipal son 48.000 millones al año, estamos hablando que las moras suman más de tres veces los ingresos. Es una suma muy peligrosa para la futura estabilidad financiera del municipio. La eliminación de los intereses de mora es de gran utilidad para recuperar deudas, pero ante la crítica situación económica de la ciudad se debe pensar en soluciones más de fondo. Revisar por parte del IGAC los avalúos catastrales dándoles un valor acorde con la situación angustiosa por falta de ingresos que viven los propietarios. Adicionalmente los concejales deberían disminuir a un 7 u 8 por mil la tarifa aplicada para el cobro sobre estos avalúos como se realiza en otras ciudades intermedias sin la grave situación económica y social de Cúcuta.