Cuando en 2015 el ingeniero Rodolfo Hernández Suárez presentó su candidatura a la alcaldía de Bucaramanga con su lenguaje desmedido y locuacidad pegajosa, fue la sensación entre sus conciudadanos, y los reflectores de los periodistas y la atención de los colombianos se enfocaron en este personaje santandereano, porque con su desparpajo trascendió fronteras departamentales y luego los límites patrios. Su bandera política siempre fue la lucha contra la corrupción.
Previamente había ocupado curul en el Concejo de su natal Piedecuesta en varios periodos, luego financió la campaña de un amigo a la alcaldía de Bucaramanga, a quien se le olvidó que lo eran, y Rodolfo resolvió presentar su nombre a dicho destino, saliendo triunfante para el periodo 2016-2019. Entre sus frases famosas de esa época recuerdo cuando opinó que al departamento de Santander le salía más barato enviar a los estudiantes de la Universidad Industrial de Santander -UIS - a continuar estudios en la Universidad de los Andes, con todo pago, que mantenerlos en la situación actual. Indudablemente era la mentalidad empresarial, donde cada centavo cuenta y nada debe desperdiciarse.
Intervenciones públicas de esta naturaleza lo convirtieron en una celebridad política nacional, y ello le dio ínfulas para intentar una candidatura presidencial en 2022, donde resultó perdedor en primera vuelta y también en la segunda, por mínima diferencia en esta última, compitiendo con el actual mandatario. Lo cierto es que, en este balotaje, o segunda vuelta, aunque empezó con varios puntos a su favor en las encuestas, su participación fue deslucida o desganada, levantando suspicacias al salir del país y dejando el campo de juego electoral sin defensa alguna para que el contrincante arremetiera, como en efecto sucedió.
Al ser el segundo candidato más votado en esa contienda electoral, obtuvo, según el Estatuto de oposición, el “derecho personal” a ocupar una curul en el Senado, la que aceptó y al par de meses renunció, argumentando que era "como tener a Lionel Messi de portero", es decir, que eso no era lo suyo, lo suyo era la ingeniería.
De esta campaña presidencial también se recuerda muchas frases célebres del precandidato Rodolfo Hernández, advirtiendo que son más las soeces que las publicables. Citaré de las últimas: 1. Alguien se le acercó para pedirle un saludo para el Vichada. El candidato Hernández preguntó: “¿Para el Vichada, ¿eso qué es?”. 2. Al preguntársele por los hermanos Galán, quienes pretendieron darle su apoyo electoral, dijo: “El uno se dejó manosear por Gaviria y el otro se dejó manosear por Vargas Lleras”. 3. Al preguntársele si haría alianzas, contestó: “No me voy a aliar con nadie, son las mismas prostitutas con diferentes prostíbulos”. 4. En un debate en 2022, con Juan Carlos Echeverry, Federico Gutiérrez, Enrique Peñalosa y David Barguil, hablando de empleo y luego de escuchar a los demás precandidatos decir los millones de empleos que van a crear, Rodolfo Hernández argumentó: Ese discurso lo he escuchado toda la vida. Ellos han dirigido el país y tienen a veintidós millones de colombianos aguantando hambre, diecisiete viven con dos dólares, cinco millones con uno, entonces yo me quedo aterrado escuchar que van a hacer a partir de hoy lo que nunca hicieron”. En fin, con todos estos apuntes, pero con su forma de decirlo, Rodolfo fue un personaje que amenizó la vida política colombiana, fue la esperanza para muchos electores y se le recordará con afecto. Paz en su tumba.
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