Iniciándose el periodo del alcalde de Cúcuta César Omar Rojas Ayala, por presiones de la misma ciudadanía, se quiso implantar la restricción de la circulación de los vehículos automotores llamado “pico y placa”.
Oportunamente se socializó en la ciudad la norma que entraría a regir posteriormente, ampliándose el área de restricción lo mismo que la de todos los vehículos inclusive los de matrícula del área metropolitana que con la anterior administración estaban exentos.
No fue bien recibido el anuncio de la medida, por lo que el alcalde junto con su secretario de Tránsito dentro de un pacto social la aplazaron condicionada por un tiempo prudencial si la incultura ciudadana seguía imperando en las calles de la ciudad y las medidas que se tomaran para agilizar la movilidad no surtía sus efectos, se retomaría la idea y a través del estudio respectivo se tomarían las acciones pertinentes para implantar definitivamente la restricción.
Dicho y hecho. El nuevo secretario José Luis Duarte “Chelí” mandó a las calles a los pocos agentes de tránsito que antes no se veían por estar concentrados en diferentes puntos de la ciudad instalando retenes para cazar a los conductores que no portaran en regla sus documentos pero descuidando su función principal de dirigir el tránsito.
Son el mismo número de agentes, no aumentó el personal, pero ahora se ven haciendo presencia y dirigiendo eficientemente el tránsito en la ciudad de Cúcuta. Eso sí, sigue latente la desobediencia del conductor cucuteño y no podemos culpar al venezolano estando cerrada la frontera. Parquean a lado y lado de las vías principales del centro de la ciudad dificultando como es lógico, la movilidad de los demás vehículos, convirtiendo la vía en un solo carril.
Los motorizados de tránsito los espantan por supuesto pero dan la vuelta y vuelven a parquearse aprovechando que los agentes se tienen que movilizar y no hacen presencia en ese momento. Lo cierto es que ha mejorado sustancialmente la movilidad en el centro con solo la presencia de los agentes ejerciendo una labor titánica ante la incultura ciudadana.
Complementario con lo anterior, nos informó el director de Tránsito, se le hará mantenimiento permanente a los semáforos, una muy buena señalización, con la colaboración de la policía nacional a través de las cámaras de seguridad, se coordinará con tránsito el desvío por vías alternas de los vehículos en caso de accidentes o reparaciones como actualmente sucede, la vinculación de un buen número de mujeres guardias de tránsito para el centro y puntos de congestión y especialmente la colaboración de los conductores para que respeten la libre circulación de los demás y no se parqueen en los sitios prohibidos.
Con esto se espera, manifestó el funcionario, que fluya el trafico y no sea necesaria la imposición del “pico y placa”. Adicional a lo anterior, adelantó que pondría en práctica muchas acciones recogidas de diferentes ciudades y especialmente las que aplicó en su oportunidad Aquiles Torres Bretón como director de tránsito en la década de los 90 en la ciudad de Bucaramanga y que tan buenas experiencias dejó.
Desde esa época la Ciudad Bonita entró en la era de la cultura de la movilidad. Con mano dura la ciudadanía aprendió. En Cúcuta se necesitan disciplina y acciones permanentes. A punta de consejos y mimos no funciona.