Luego del revuelo producido por la divulgación de los múltiples videos grabados al interior de la campaña de Gustavo Petro, se ha producido un alud de reacciones ante los hechos que hacen evidentes la estrategia utilizada por la cúpula del movimiento político que acompaña a este senador y candidato, liderada por quien llegó allí para cumplir un papel importante en este aspecto, el bien conocido Roy Barreras por su militancia en épocas pretéritas en distintos partidos acorde con su beneficio.
Después de conocidos estos hechos se hace patente un proceder del cual nos había avisado Antanas Mockus en 2009 cuando proclamó que el “todo vale” es la peste de cualquier sociedad. Le seguimos creyendo al profesor que sin embargo se unió a la campaña del Pacto Histórico y cantó su voto por Petro. Hoy se estará tragando los sapos que debe tragarse porque tal vez no vaya a recular. Lo mismo ocurre con Alejandro Gaviria - con él empezamos la actual campaña con el convencimiento de ser mejor opción- quien fue hostigado, también su papá y su esposa, pero allí está y seguramente tratando de acumular un capital político para el futuro, así que no abandonará las huestes petristas.
Buscando otras fuentes y opiniones sobre este escandaloso suceso me tropiezo con lo siguiente: ¿Cómo pretende gobernar alguien que de forma conveniente señaló a todos los políticos de corruptos para ganar en primera vuelta, pero convenientemente ahora se rodea de todos ellos para ganar en segunda? ¿Cómo pretende gobernar alguien que públicamente se vende como el adalid de la transparencia y el cambio, pero conspira con otros en privado para despedazar a sus opositores de forma sistemática? Estos son los interrogantes que se plantea Ossiel Villada en El País de Cali, en su columna ¡Esto da asco!
Hoy a una semana de la jornada decisiva para elección presidencial lo que muchos estamos anhelando es poder seguir viviendo en libertad, que los trabajadores tengan sus puestos de trabajo y los pensionados sigamos recibiendo la mesada tal como corresponde, no hay necesidad de intentar vivir sabroso, lo cual no deja de ser un lema de campaña porque nada se puede lograr sin trabajo y sin presupuesto, el que se obtiene de los impuestos que pagamos de manera cumplida.
A todas estas también ha surgido una corriente que intenta seducir a los votantes para que lo hagan por la opción del voto en blanco, lo cual tampoco parece ser una buena salida, hay que atenerse a las reglas de juego, en la segunda vuelta solo hay dos candidatos y la prudencia dicta que debemos tomar partido a favor de uno de ellos, el voto en blanco no tiene una validez que vaya más allá de la estadística, tampoco es un voto de protesta. Claro que peor es el comportamiento de los abstencionistas que ni siquiera intervienen y dejan la elección en manos de otros, pero luego son los que más protestan y se quejan de sus gobernantes.
Falta poco, solo una semana, para que tengamos un nuevo mandatario y cesen las hostilidades verbales. Ojala tengamos un periodo postelectoral en paz y armonía social.
jorgepabonl@yahoo.com