Precisamente fue el pensamiento de un buen número de colombianos que no votaron o lo hicieron en blanco: no cargar con el karma de haber votado por uno de los dos extremos en que se dirimió la contienda presidencial. Y ahí empezó cristo a padecer con la presentación por parte del gobierno del proyecto de ley de financiamiento para equilibrar el presupuesto aprobado por el Congreso que no deja títere con cabeza, donde la peor parte la van asumir los pobres y la clase media en este país. Contrario a lo que criticó como senador y más recientemente como candidato presidencial el presidente Duque pronunciándose en contra de incrementar los impuestos, como regalito de navidad, presentó para su estudio una iniciativa que representa una verdadera cascada de impuestos para los colombianos, de a pie. Se incluye el IVA en los productos de la canasta familiar que afecta a todos los estratos sin distinción, hasta a los que eligieron al señor Duque, aumentando por ese solo hecho el costo de vida en un 18%. Algo más monstruoso, gravar las pensiones que anualmente pierden poder adquisitivo con relación al salario mínimo y que ningún gobierno anterior, a pesar de las propuestas de diferentes sectores, se había atrevido a hacer. Otra forma de aumentar los impuestos en general a las personas naturales es reduciéndoles las deducciones por personas a cargo, pero como tiene que, de alguna forma cumplirle a sus patrocinadores, los empresarios, les reducirá la tarifa de un 33% que actualmente pagan a un 30%. De igual forma, como contentillo a la clase trabajadora, se proponen incentivos, exoneraciones y beneficios a compañías HOLDINGS (Conjunto de empresas de diversas actividades) con el argumento de la creación de empleo. Se prevé con estas medidas ampliar aún más las diferencias entre pobres y ricos. La clase media con el aumento en las tarifas del impuesto a la renta y por supuesto con la ampliación de la base para el pago del IVA, lleva bastante del bulto. Con el gravamen a la canasta familiar nadie se salva. La devolución de 53 mil pesos a los hogares que no alcanzan a devengar el salario mínimo es impracticable como lo piensan hacer a través de los inscritos que hay actualmente en los diferentes programas de subsidios que tiene el Estado para una mínima parte del estrato uno. Después de una rigurosa investigación si en el hogar otra persona aporta para su mantenimiento y supera el salario mínimo, se pierde el beneficio.
Y si en el momento no hay más aportantes pero en el tiempo una persona del núcleo familiar se convierte en aportante igualmente se pierde. En la práctica sería inmanejable y pondrían al estrato uno y dos en una situación mendicante mensualmente. De tal suerte que sería un espejismo eso de la devolución del IVA a los más pobres. El gobierno antes de pensar en ahorcar a la mayoría del pueblo colombiano con más impuestos, debería controlar la evasión, la corrupción al interior de todas las entidades públicas, incluida la Dian, reducir los gastos exagerados y suntuarios de todos los organismos del Estado, etc. etc. Todo no va pasar en el Congreso porque sería anti político, para eso se presentó bien fuerte para que solo la mitad se aprobara y quedaran los congresistas con el señor Uribe a la cabeza, como unos príncipes produciéndose el síndrome de Estocolmo. Agradézcanos colombianos que no le aprobamos el 100% dirán. Y colorín colorado este cuento se ha acabado. ¡A pagar más impuestos!