A pesar de todos los males que trajo al mundo esta calamidad, un aspecto que puede rescatarse como positivo es el impulso que recibió el emprendimiento empresarial de muchas personas, forzadas por la necesidad de buscar ingresos en forma imaginativa.

Particularmente es notoria la iniciativa de jóvenes emprendedores que han encontrado en las nuevas tecnologías una fuente abundante de ideas y recursos, aprovechados de manera muy creativa.

Esta pandemia cambió a la sociedad universal de manera irreversible que tendrá que convivir con ella interminablemente. El hombre tiene que superarla como tuvo que hacerlo en otras épocas con fenómenos similares; es preciso modificar usos y costumbres; fortalecer el ánimo decaído por el temor y la soledad; enterrar a los muertos con piedad, pero seguir andando; cuidarse como lo indican las normas de control; abrir las puertas al futuro y taponar las rendijas de la desesperanza.

Si se hace un inventario de los emprendimientos juveniles, es seguro que se encontrarán millones de ejemplos en todo el globo. En Colombia, solamente, uno encuentra en Facebook, Instagram y demás redes, ofertas de todo tipo con excelentes propuestas. Es una nueva faceta de la humanidad que ha cambiado su mentalidad y su manera de vivir.

Hay actividades que no se han paralizado plenamente como la investigación científica, los experimentos médicos y la producción de medicamentos que, por el contrario, se han potenciado para detener la enfermedad. Esto ha hecho surgir nuevos campos de actividades relacionadas con los avances tecnológicos que se van trasladando a la sociedad en un progreso un tanto silencioso pero enorme, para dar a la humanidad nuevas oportunidades de supervivencia. 

La necesidad de la presencia virtual ha sido otro de los grandes incentivos para el desarrollo de sistemas de comunicación individual cada vez más eficientes. Hoy en día no hay lugar en el mundo ni labor que no se pueda alcanzar desde un teléfono o una computadora. Es un milagro que hace pocas décadas era difícil de imaginar. Pensar que en una impresora 3D se puede fabricar toda clase de objetos es algo asombroso.

También se han fortalecido las actividades artísticas de los diversos géneros: La música, la pintura, la escritura de libros, el teatro, etc. han tenido el vehículo expedito de la virtualidad que permite coordinar desde diferentes sitios físicos la presentación de artistas, la ejecución de piezas orquestales, la lectura de textos, la creación de obras plásticas, y una serie interminable de labores que desafían a la imaginación. Es el nuevo mundo que surgió de la tragedia como ocurrió en otros tiempos después de las pestes, las guerras y las catástrofes.

Para situarnos en nuestro país, las cifras que se han publicado sobre el desempeño económico indican que existe un crecimiento considerable pese a todas las dificultades, que demuestra el surgimiento de empresas nuevas y la recuperación de otras que han podido superar la emergencia. Por todo esto es que, individualmente, debemos tratar de comprender la nueva realidad de nuestro entorno y acoplarnos con ella.

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