Ante el incremento del número de motocicletas en las vías en el área metropolitana y en especial en la ciudad de Cúcuta, su incidencia directa en la accidentalidad en las cuales en un alto porcentaje está involucrado uno de estos aparatos y la congestión que entorpece la movilidad especialmente en puntos críticos del centro de la capital, se hace necesario tomar medidas para disminuirlos.
En el Código Nacional de Tránsito existen unas normas de obligatorio cumplimiento que en la mayoría de las ciudades no las cumplen y por supuesto Cúcuta no es la excepción.
El art. 94 del Código, ordena transitar a los triciclos, bicicletas, motocicletas, motociclos y mototriciclos por la derecha de las vías a distancia no mayor de un (1) metro de la acera u orilla y nunca utilizar las vías exclusivas para el servicio público colectivo y el art 60 la obligatoriedad de transitar por los carriles demarcados, por supuesto cuando se hagan.
En las ciudades de Medellín, Cali, Bucaramanga y ahora en Bogotá en algunos sectores, se han implementado los carriles exclusivos para estos vehículos que han permitido descongestionar las vías de sus ciudades y reducir en un alto porcentaje los índices de accidentalidad provocados por estos aparatos que se toman las vías en forma indiscriminada zigzagueando entre los carros temerariamente.
El Concejo Municipal de manera autónoma puede aprobar un acuerdo en el cual, de conformidad con la ley, se autoriza la creación de carriles exclusivos por lo menos en el centro de la ciudad y algunos puntos críticos de la misma como una forma de darle más herramientas al ejecutivo para la ejecución de las obras.
Está medida podría tener cambios en la cultura ciudadana y de organización para el transporte público, veamos:
En el centro, los peatones se irían acostumbrando poco a poco a cruzar por las cebras, que en Europa es una cultura general pero que en nuestro país a pesar de los enormes gastos en publicidad y mimos no han surtido los efectos deseados.
Los peatones se cruzan en las calles por donde mejor les parece poniendo en riego su seguridad personal.
El transporte público acostumbrado a recoger y dejar pasajeros en cualquier lugar causando congestionamiento vehicular tendría que acostumbrarse a hacerlo en los paraderos autorizados por la alcaldía. Eso sí, necesitaríamos mano dura por parte de las autoridades de tránsito para hacer cumplir las disposiciones que se expidan al respecto.
Es hora que la Alcaldía de Cúcuta y el Concejo Municipal se apersonen de esta situación de los motorizados que cada día se agrava más debido al incremento que en forma permanente aumenta por la facilidad para adquirir estos vehículos y la rapidez con que se desplazan por la ciudad.