Cámbulos y La Piñuela son dos barrios cercanos de pocas calles, separados por un andén, razón que llevó a los habitantes, hace más de 30 años, a oficializar una sola Junta de Acción Comunal (JAC). Esta misma estrecha cercanía y trabajo conjunto les ha permitido atender necesidades compartidas.
Estos barrios se caracterizan por la presencia de centros de enseñanza para primaria y jardines infantiles, así como cadenas de supermercados, salones de belleza y restaurantes que los posicionan en los estratos 4 y 5 de la comuna 2.
Carentes de un parque desde el inicio jurídico de ambos lugares, la comunidad logró que hace 3 años, luego de lo que parecía un pago de impuestos sin beneficio alguno, se inaugurara el parque Cámbulos, un espacio público para el entretenimiento de niños y niñas. Además, muy visitado por las comunidades por su amplia variedad de atracciones y espacios verdes.
Para la ejecución de la obra se invirtieron 650 millones de pesos. Aun así, lo que preocupa a los habitantes de Cámbulos es que desde que se creó, el parque fue entregado a una concesión y no a la misma comunidad, como sucede con otros 25 lugares en la ciudad.
“Se debió tener en cuenta la voz de las comunidades y permitir que las gestionaran las juntas, porque la contraprestación que se recibe no es la mejor y algunas concesiones son a 5 o a 10 años. En algunas se han visto resultados, pero no es como nosotros mismos manejar lo que hay en nuestra casa”, expresó Gilberto Maldonado, presidente de la JAC.
Parroquia Santo Domingo Savio
Cada vez que los habitantes de Cámbulos y La Piñuela piensan en la iglesia Santo Domingo Savio les es inevitable evocar preciados recuerdos por todo el empeño y dedicación detrás de la estructura.
Para la edificación del centro religioso, la misma comunidad aportó con fondos recolectados mediante bazares y rifas, bajo el liderazgo de párrocos anteriores. El actual ministro del templo es el padre Jorge Alexander Perutty, en compañía del vicario Wilson Alba.
“Por las contribuciones, a cada uno nos corresponde un cuadro de metro cuadrado, pero nunca hemos tenido la intención de ser socios o accionistas de la iglesia, sino solo fieles contribuyentes a la obra”.