En 1984, Cúcuta fue declarada como Ciudad Verde de Colombia por el Instituto Nacional de los Recursos Naturales Renovables y del Ambiente (Inderena), una época dorada en que la ciudad destacó a nivel nacional por la siembra de numerosas cantidades de árboles, con el acompañamiento de la oenegé Sociedad de Mejores Públicas.

Sin embargo, la organización gubernamental fue disuelta en 1993, cuando se creó el Ministerio del Medio Ambiente. En su lugar, se le asignó a la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental (Corponor) el futuro del desarrollo verde y nuevas políticas ambientales en la región.

Jorge Maldonado, habitante de la ciudad, relata que en aquella época era costumbre que los cucuteños sembraran árboles en los antejardines de sus casas. Incluso, se les motivaba a hacerlo. El auge de esta actividad tuvo tanto impacto, que a finales de los años 80 Cúcuta le dio la vuelta al mundo a través de fotografías de túneles arborizados.

“La calidez de la tierra de la ciudad nos ha enseñado la costumbre a los cucuteños, desde hace muchos años, a sembrar un árbol al frente de la casa, porque dan frescura a las personas, a las viviendas y nos protegen de los fuertes rayos solares de la ciudad”, comentó Maldonado.

Pero, desde hace un tiempo atrás, esta costumbre ha tendido a desarraigarse y los habitantes (mayores) de la ciudad, ven con preocupación la tendencia de las generaciones nuevas por la poda de estos característicos habitantes verdes.

Ahora, cuando se pinta una casa o se instala un aviso para un negocio, lo primero que se hace es derribar el árbol para otorgar mayor visibilidad.

¿De dónde viene el problema?

La comuna 2 es una de las zonas más boscosas que posee la ciudad. Allí se levantaron algunos de los barrios más longevos e históricos, que han traído gran progreso a Cúcuta en su crecimiento urbanístico.

El problema es que los árboles de estas zonas no han tenido mantenimiento desde hace muchos años. Hoy, su colosal tamaño ha superado la altura de la mayoría de las lámparas y sus ramas acaparan la luz entre las hojas.

Esta situación ha provocado extensas zonas de oscuridad de las que habitantes de calle y delincuentes comunes se han valido para perpetuar todo tipo de actos reprochables que han despertado la urgencia de las comunidades por podarlos.

La propuesta de las comunidades

En su recorrido diario por los barrios, La Opinión conoció las posturas de diferentes líderes comunales respecto a esta situación. Aquí se destacan algunas propuestas.

De acuerdo con Maldonado, lo que se debe implementar en la ciudad es una nueva forma de instalar las luminarias. En zonas pobladas por vegetación, expresan que las lámparas no pueden seguirse instalando por encima o a la misma altura de un árbol, sino a una medida menor de las copas, y así aprovechar la luz.

Un ejemplo de esta iniciativa es la conocida avenida Los Faroles, entre otras de Quinta Bosch, Quinta Oriental, Colsag y la avenida Guaimaral, en las que se jugó con los espacios verdes y se colocaron los focos de esta manera.

“Son zonas provechosas, porque hay buena luz en las noches y ofrecen bastante sombra y frescura en el día”, puntualizó.

Otra de las sugerencias es la planteada por Luis Raúl Ortega, presidente de la Junta de Acción Comunal (JAC) de Ceiba II, en vocería de los habitantes del barrio, quien enfatiza que si se reduce la altura de un árbol de 7 metros a un tamaño de 5 o 6 metros, mediante una poda ordenada, los árboles se extenderían a corto plazo entre sí, como túneles que le darían una nueva forma de turismo.

Además, líderes piden una consciencia técnica de lo que debe ser Cúcuta para recuperar su título de Ciudad Verde, en una educación ambiental dirigida a los ciudadanos para que las siembras se hagan correctamente.

También, extienden un llamado a Corponor a actuar con constancia en el mantenimiento de estas zonas arbóreas para disminuir los focos oscuros que tantos problemas han generado en materia de inseguridad.

Planeación responde

Marcela Rodríguez, subdirectora de Servicios Públicos Domiciliarios del Departamento de Planeación Municipal, dio a conocer que la Concesión San José de Cúcuta (CSJC) ejecutará 5.546 podas de árboles en 24 zonas de la ciudad, elegidas de acuerdo con problemas de despeje de línea, zonas críticas y fallas de iluminación.

Teniendo en cuenta las recomendaciones dadas por Corponor, se capacitó personal para que, una vez terminada la poda, cada árbol reciba un tratamiento para el control de desgarres, cicatrización, corte de tocones y puntas expuestas. Solo se permitirá el corte del cono lumínico y no estará permitido descompensar el árbol ni talarlo.

Estos lugares serán las avenidas Los Libertadores, Diagonal Santander, Canal Bogotá, del Río, Sevilla, Los Faroles, Cero, Guaimaral, 9e, Los Pinos y Demetrio Mendoza. La calle 14 entre Avenida Cero y calle 6; calles 10, 11 y 12 entre avenida 0 y avenida 6; calle 4n entre avenida12e y avenida Los Libertadores.

Entre los parques se encuentran: Colón, Lineal, Los Pinos, Simón Bolívar, Centenario, Mercedes, Parque calle 6n con Canal, la subida a San Martín y el paso peatonal del Malecón.

Compromiso verde

Con el fin de fortalecer el título ambiental, hasta el momento se han implementado 38 jornadas de siembra dominical de parte del programa ‘lo juro, un voto, un árbol’, en las que se plantan entre 100 y 150 especies de árboles nativos por semana.

Como parte de un trabajo articulado, a la labor se han vinculado las secretarías de despacho municipal, el IMRD, Ejército, la Policía, la Defensa Civil, Bomberos Voluntarios, la empresa de aseo Veolia, el fondo de agua Alianza Biocuenca, Imsalud, comerciantes del sector, las Juntas de Acción Comunal (JAC), entre otros actores sociales.

José Miguel Arguijo, subsecretario de Medio Ambiente de la Secretaría de Infraestructura, explicó que esto ha permitido acumular 6.500 especies de árboles nativos, de las 110.462 que esperan sembrar para final del mandato de Yáñez.

Entre las especies se encuentran Cañaguates, Lluvia de oro, Urapos, Chicalá, Guásimos y otras plantas frutales y maderables.

En algunas de las zonas sembradas en junio de 2020, se conservan y crecen sin problemas, incluso algunas ya llegan al metro de altura, gracias a la voluntad de las comunidades por proteger esta iniciativa.

“Los viveros se fortalecerán y cuidarán para producir 10.000 árboles por semestre (20.000 por año), y de esta manera continuar la tarea de ratificar el distintivo de San José de Cúcuta como Ciudad Verde de Colombia”, finalizó Arguijo.