Asimismo, las personas reunieron llantas para dar acceso y mejorar las vías que conducen a sus lugares de residencia.
Julieth Olaya, trabajadora social que ha estado acompañando el proceso de crecimiento de esta comunidad hace cuatro meses, mencionó que estas personas han ratificado el amor por su profesión y que ha aprendido de cada uno.
“Me siento feliz y orgullosa de verlos avanzar y salir adelante, siempre tienen algo que proponer, son unidos como una familia, están dispuestos a trabajar por su gente. La idea es que ellos aprendan y aprovechen todos los espacios y ayudas que les brindan”, puntualizó.
Para Gregory Escalona, líder del comité de convivencia, estar vinculado en estos procesos es satisfactorio porque sirve a su comunidad para que puedan disfrutar de un ambiente tranquilo.
“Uno de mis trabajos es ayudar a que los vecinos y familias puedan solucionar sus diferencias y evitar que se presenten problemas”, manifestó.
En medio de la época decembrina los equipos se reunieron para preparar las novenas y hacer de estas fechas un motivo más para permanecer unidos. También elaboraron un árbol con llantas y adecuaron el espacio para hacerlo colorido y bonito.
Por su parte, Luiggy Aponte un locutor que vive en Nueva Alianza se ha sumado a las diferentes actividades que pone en marcha la comunidad.
Él apoya el comité de comunicaciones y con sus conocimientos se ha encargado de hacer vídeos para mostrar los avances que han tenido en el lugar.
“Los videos fueron para informar sobre el alcantarillado, un reportaje de las iniciativas para las vías y un clip de agradecimiento a las diferentes fundaciones que nos han ayudado”, dijo Aponte.
Luiggy se encarga de la producción de las piezas audiovisuales por medio de su celular, donde ha instalado varias aplicaciones para llevar a cabo la edición de cada uno.
Una vez finalizado se comparte en los grupos de Whatsapp y la página en Facebook del asentamiento humano.
La caseta de los sueños
Este representativo lugar se ha convertido en el espacio donde la comunidad se reúne para trabajar y compartir un rato agradable.
La caseta fue construida hace cuatro meses, gracias al apoyo de una fundación y personal de la iglesia Católica.
Según las personas, en el lugar han llorado, reído, disfrutado y creado propuestas para gestionar ayudas y hacer actividades.
En este espacio se reciben a las organizaciones o personas que visitan el asentamiento para entablar conversaciones y hablar sobre las metas que tienen proyectadas para el otro año.
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