La llegada inesperada de la pandemia hizo que la sociedad se tuviera que reinventar y hacer uso de las herramientas que hasta el momento no las veía indispensables. Las compras se volvieron digitales, las clases virtuales y el trabajo se volvió remoto.

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Estas circunstancias llevaron a que la ingeniería tomara la iniciativa de minimizar las consecuencias de la coyuntura siendo imprescindible y destacable su papel en muchos aspectos.

La secuenciación del virus se pudo llevar a cabo en pocas semanas gracias al esfuerzo de virólogos y biólogos moleculares utilizando métodos y equipamientos desarrollados por ingenieros electrónicos, mecánicos e informáticos; también los estudios epidemiológicos y las estrategias de rastreo de contactos se vieron potenciados por el desarrollo de aplicaciones informáticas y por la ciencia de datos e inteligencia artificial.

La producción y distribución de alimentos y productos básicos, la operación y mantenimiento de las redes, los sistemas de comunicaciones durante el confinamiento fueron posibles, en gran medida, gracias a las infraestructuras y a los sistemas basados en la ingeniería y en el trabajo de los ingenieros en todas las ramas.

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Para Johel Enrique Rodríguez Fernández, director del programa académico de Ingeniería de Sistemas de la Universidad Simón Bolívar en Cúcuta, en particular, el papel que la ingeniería de sistemas ha tenido durante todo este tiempo de pandemia es un valor muy grande, pues además de lo mencionado, permitió que el sector educativo se fortaleciera.

“La ingeniería de sistemas hizo soporte a todos los niveles de estudio, lo que permitió que la educación en el mundo no se detuviera, no quedara retrasada en el tiempo por las circunstancias de la pandemia y aportó los apoyos requeridos con sistemas y tecnologías que el mundo demandó”, manifestó Rodríguez.

Recordó que “la ingeniería de sistemas es la carrera del presente con más futuro, por lo menos en los próximos 10 años, debido a los cambios que experimenta la industria 4.0 en la cual, la digitalización de los procesos industriales por medio de la interacción tecnológica y de la inteligencia artificial, comienzan a generar cambios orientados a las infraestructuras inteligentes y a la digitalización de metodologías”.

Esto hace que sean los ingenieros de sistemas quienes lideren y sustenten procesos novedosos con toda su capacidad, siendo así protagonistas en la mayoría del desarrollo en todas las áreas como por ejemplo la salud, la educación, la energía y los servicios financieros.

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Eduardo José Liévano, ingeniero egresado de la Universidad Simón Bolívar y con amplia experiencia en el sector de la educación, aseguró que la llegada de la crisis en 2020 hizo explorar todas las habilidades.

“El año pasado nos enfrentamos a uno de los más grandes retos que hemos tenido, que fue continuar el proceso formativo de nuestros estudiantes a distancia, garantizando estándares de calidad. El tiempo nos jugaba en contra, ninguna institución educativa que mantuviese un modelo de presencialidad se encontraba preparada para asumir este reto. Sin embargo, empezamos con un proceso que fue desde la investigación, adquisición, configuración y despliegue de las plataformas que nos permitían establecer los mecanismos de virtualidad, adicional a la capacitación del personal docente y a la comunidad educativa”, sostuvo Liévano.

Y agregó que “actualmente los estudiantes volvieron a las aulas, pero ahora existe una afirmación común para todos los que integramos el colegio: la tecnología está al servicio de la educación”.

El director del programa académico de la Unisimón asegura que como institución han tenido claras las necesidades existentes y por eso un egresado de la Institución cuenta con las competencias para analizar información y generar soluciones que involucren la tecnología, para personas o empresas de cualquier área. Aseguró que se trabaja un modelo socio-crítico logrando que los profesionales siempre estén pensando en soluciones requeridas, pero nunca olvidando la sociedad y la importancia del ser humano y que por eso son ingenieros de sistemas con gran espíritu humano y soluciones tecnológicas para los problemas de la sociedad.

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“Nuestra profesión sin duda está presente en todos los aspectos de la actualidad como la educación, la medicina, la política, el turismo y el comercio, entre otros. En cualquiera de estos escenarios un ingeniero de sistemas podrá proponer soluciones que permitan dar el salto hacia una transformación favorezca a la organización para aumentar la eficacia de sus procesos y así alcanzar sus objetivos”, recalcó Liévano.

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