Fue una jornada para meditar también sobre el papel que cumplimos los ciudadanos con el medio ambiente y frente a fenómenos que están en el radar del planeta, como el cambio climático.
Para muchos ciudadanos la Cúcuta de ayer resultó agradable, apacible, silenciosa y cautivadora, “fue un día que se debería repetir más a menudo”, dijo Zoila García, vecina del barrio Latino, en pleno centro de la ciudad, donde el bullicio en días normales asusta y fastidia.