Después de 60 años de vida sacerdotal, Pedro Alejandrino Botello perdió la cuenta de las veces que se ha enfrentado al demonio que, impotente ante el poder de Dios a través del cura, le ha gritado muchas veces: “usted me atormenta…”
Está sentado en el sitio de oración de la casa cural, junto a sus pinturas religiosas y con la mirada puesta en la reportera de La Opinión.
Habla de su vida con la misma voz suavísima con la que inicia sus batallas demoníacas y que le han enseñado a ser más prudente que nadie. Y si lo recalca a los 86 años, que cumple este domingo, precisamente, es porque el demonio no es una trivialidad.
En 60 años nunca ha sido tan feliz como cuando lo ordenaron sacerdote, pero también lo es cada que da la mano y ayuda a levantar a quien lo necesita.
Botello es gramalotero, pero desde que salió de su pueblo, jamás regresó, salvo de visita.
En 1974, como párroco de Nuestra Señora de Belén, conoció el poder de la oración para sanar y liberar, cuando leyó muchas veces el libro Ángeles y Demonios, de monseñor Alfonso Uribe Jaramillo.
Hoy, es el único sacerdote que tiene en Cúcuta licencia para exorcizar demonios. Ha sacado unos seis mil…
¿Siente que ha hecho una buena obra por la humanidad?
Sí, claro, por la ayuda que doy con la liberación por medio de la oración a quienes están oprimidos por el demonio, representado como obsesión, miedo, tentación, trago, sexo, brujería y maldición.
¿Alguna vez se negó a hacer un exorcismo?
No, solo que cuando no es el momento, debo ser muy prudente.
Según su experiencia, ¿qué es más difícil de manejar: un demonio o una mujer?
No solo la mujer puede ser un demonio, el hombre también lo es. Una persona que lleva a otra a pecar está siendo demonio. Este no muestra los cachos: se presenta en una cara muy bonita, atractiva.
¿Cuál ha sido el caso de exorcismo que más lo ha impactado?
El de un soldado. Eran las 2 de la madrugada. Lo llevaban ocho personas. Era alto, grande, robusto y no podían con él. La fuerza que desarrolló era increíble: tuve que ser prudente y no me le medí de inmediato. Cuando llegó el momento propicio, oramos por casi cuatro horas… Cuando se liberó del demonio, este hombre se desplomó: no fue capaz de salir caminando y terminaron sacándolo en camilla.
¿Alguna vez ha sentido miedo?
No, porque Dios da mucha tranquilidad. Tengo la convicción de que al mal hay que ponerle autoridad: la fuerza de Dios y el poder de Cristo actúan por medio de mí.
¿Cuándo supo que quería ser sacerdote?
La vocación es algo misterioso, desde niño quería ser cura. Cuando estaba en quinto grado, en Pamplona, preguntaron quiénes querían irse al seminario y dije “¡yo!”.
¿Si no hubiese sido sacerdote qué le hubiese gustado ser?
Médico o, tal vez, abogado. Pero si pudiera volver a elegir, sería sacerdote.
¿Por qué no fue obispo?
Porque para eso se necesitan una serie de cualidades que yo no tengo.
¿Qué opina de la corrupción en la Iglesia?
Es algo demasiado doloroso, porque la iglesia está inserta dentro del ser humano. El Antiguo Testamento muestra cómo se ha luchado contra la corrupción y aun no se ha podido acabar.
¿Y de los curas que viven con mujeres y tienen hijos?
Es triste y está mal hecho. No son capaces de vivir en celibato; prefieren vivir ocultando esto y olvidan que, para la iglesia, un sacerdote es el representante de Cristo en el mundo.
¿Qué es lo más atractivo de ser sacerdote?
Saber que Dios nos escogió para ser instrumento de él en el mundo.
¿Qué es lo más difícil de serlo?
Obedecer y ser casto. Como humanos, todos tenemos caídas, y a veces no estamos conformes donde estamos.
¿Qué es lo más conmovedor que ha vivido?
Lo vivo cada vez que Dios toma mis labios para decir una palabra que llegue al corazón de la gente.
¿Se considera un cura de misa y olla?
Nooo. Son personas que no han sabido responderle a la gracia de Dios y hacen mal a la iglesia; de pronto no hay una fuerza espiritual, no se sabe qué es lo que pasa, ni porqué. No se puede juzgar.
¿Qué es lo más loco que ha hecho como sacerdote?
Lo más loco fue creer que el amor humano podía hacerme más feliz, sentirme un poco enamorado, no haber luchado rápidamente contra ese afecto. Realmente es una locura cambiar el amor de Dios por el humano, porque es el único que nos llena total y eternamente.
Defina en una frase a Camilo Torres Restrepo
Un hombre importante que se dejó llevar por una ideología, para darle solución a un país, que al final no fue la correcta.
¿Qué molesta más: la sotana o el clériman?
Si yo quiero el sacerdocio nada me molesta, al contrario, todo me gusta. Sin embargo, el clériman es más cómodo.
¿Por qué no se ha retirado?
¡Sería la tontería más grande! El sacerdocio es una predilección de Dios que me da plena felicidad y gracia a pesar de mis debilidades o deficiencias.
¿Qué piensa de tener colegas mujeres?
La cuestión es que Jesús eligió solo hombres, por alguna razón será. Él conocía perfectamente el corazón humano, no improvisó nada.
¿Cuál es su concepto del papa actual?
Es un hombre muy valioso, extraordinario y lleno de amor para el prójimo. A veces me preocupa un poco, porque tiene una mentalidad muy amplia. De pronto estamos errados nosotros, o está equivocado él; somos seres humanos y nos podemos equivocar.
¿Siempre le ha dado al César lo que es del César?
El que diga que es perfecto, que tire la primera piedra. Uno, a ratos, le está buscando “la comba al palo”, cuando compramos contrabando o cuando no cumplimos las leyes. A Dios también le hemos fallado, le hemos faltado a sus mandamientos.
¿Por qué cree que la Iglesia Católica está en retroceso en comparación, por ejemplo, con las iglesias cristianas?
Muchas iglesias cristianas tienen un concepto facilista de las cosas. Algunos pastores utilizan ciertos engaños para promover su iglesia y la utilizan como fuente de ingresos.
Sin embargo, hay que abonarles que están tratando de llevar la palabra de Dios de una manera diferente; ante esto, la Iglesia Católica está tratando de mejorar un poco, porque en algún momento faltó ponerle más énfasis a la palabra, predicarla más.