El sueño de 50 campesinos de los corregimientos de Palmarito y Banco de Arena, en Cúcuta, de poner en los mercados nacional e internacional el mejor limón de Colombia, pende de un hilo.
Después de dar el paso decisivo, de empezar a pensar en grande y de haber avanzado hasta instancias insospechadas, ahora se enfrentan a un dilema: a quién venderle el producto, a dónde llevarlo.
Estamos en el filo de la navaja, dice Baudilio Albernia Sanguino, presidente de la Asociación de Citricultores de Banco de Arena (Ascitriban), tras considerar que el momento de las grandes decisiones ha llegado, “pero...”
El suspenso en el que deja su relato el hombre que lidera el sueño de curtidos campesinos, muchos de ellos otrora cultivadores de coca, está fundado en las dificultades que atraviesan para cristalizar el proyecto con el que definitivamente, dicen, alcanzarán la independencia de los cultivos ilícitos.
Queremos ser un proyecto piloto, un ejemplo, no solo de superación sino de desarrollo sostenido para Colombia y el mundo, porque nos resistimos a dejar tirada la idea en el barro, dice Albernia (Ver recuadro).
Se refiere a las piedras en los zapatos que aún no logran superar y que sin ello su sueño seguirá siendo eso, un sueño.
Con el mejor limón
Los asociados a Ascitriban, al igual que sus cultivos, se encuentran regados en varios corregimientos de Cúcuta, pero son Banco de Arena y Palmarito los bastiones más fuertes del limón pajarito, como se le conoce al ‘diamante’ en bruto que nace como arroz en potreros y laderas de la zona rural fronteriza con Venezuela.
La ventaja de contar con suelos ricos en abonos fue el punto de partida que dio empuje a la idea de dejar atrás el cultivo de coca para dar paso a la siembra de limón común o también conocido como pajarito.
En 2012 dieron los primeros pasos 22 asociados y cuatro años más tarde ya eran 50 los que tenían sembrado limón en unas 150 hectáreas.
José María Peñaranda, el vicepresidente de la asociación, revela que en los primeros años se recogieron 400 toneladas y para el presente año se espera doblar esa cifra.
Había que tener un centro de acopio para desde allí distribuir el producto, hecho que se cristalizó en lo que antes era la sede de una despulpadora de guayaba y una parte del predio donde funcionó la estación del ferrocarril de La Jarra, en el corregimiento de Aguaclara.
Allí, con el apoyo de la Gobernación de Norte de Santander, Ascitriban levantó el cuartel donde aspira a transformar el limón para llevarlo con valor agregado a los mercados colombianos y extranjeros.
Hasta aquí todo ha pintado color de rosa para los colosos de Palmarito y Banco de Arena. Ahora llegó el turno de la puntada final. Albernia saca una calculadora y empieza a sacar costos: por un bulto de cuatro arrobas no pagan más de $14 mil pesos en la Central de Abastos de Cúcuta. Por recoger ese bulto en el cultivo se pagan $6 mil, otros $5 mil por sacarlo hasta Cenabastos y por el saco $1.500.
“Al dueño del cultivo solo le quedan mil 500 pesos por cada bulto, lo que no compensa los costos en la parcela”, dice Peñaranda.
“Hoy, en las 150 hectáreas que hay sembradas en Palmarito, Banco de Arena, Agua Clara, Buena Esperanza, Puerto Santander, Guaramito y El Zulia, el limón se está perdiendo porque nadie quiere recoger para no ganar nada”, dice Peñaranda.
Pero Ascitriban se resiste a bajar los brazos. En las cuentas que han hecho es poco lo que les falta para dar el zarpazo final: necesitamos aprender el mercadeo y a transformar el producto, imprimirle valor agregado. También necesitamos ser mayoristas y no minoristas como somos ahora, pero para ello se necesita maquinaria.
En las pruebas de laboratorio que se le han hecho al limón pajarito que produce Ascitriban se llegó a la conclusión de que es el mejor de Colombia, tras compararlo con el que se produce en Tolima, Magdalena y Santander. “No se le encontró trazas químicas. Es un limón orgánico ciento por ciento, apto para el consumo en cualquier país de Europa”, asegura Albernia.
En los cuatro años que se completó del sueño, solo se han despachado pequeñas cantidades hacia la Costa Atlántica y otro tanto a Ecuador, a través de intermediarios, que es otra cosa que aspira a eliminar Ascitriban.
“Somos parte del posconflicto”
Es tal el auge que ha tenido el cultivo del limón en Palmarito y Banco de Arena, que la noticia trascendió sus fronteras y se regó como bola de fuego en todos los municipios del Catatumbo, de donde se conoció que hay bastante interés en formar parte de Ascitriban, dijo el presidente de este gremio, Baudilio Albernia Sanguino.
Las cuentas que tenemos es que a las 150 hectáreas que están hoy destinadas al cultivo del limón en la zona rural de Cúcuta, se quieren sumar otras 500 del Catatumbo. Desde allá nos manifestaron que quieren ser parte de este sueño que emprendimos hace cuatro años, dijo el cultivador.
Los campesinos de esta extensa zona de Norte de Santander -dijo Albernia- también quieren, al igual que nosotros, ser parte de la nueva Colombia que se proyecta después de la guerra.
Se escuchan muchos planes para el posconflicto y dentro de ellos queremos que figure nuestro proyecto, porque de él hacen parte muchos campesinos que decidieron dejar atrás los cultivos de coca para dedicarse a trabajos legales, agregó el líder de Ascitriban.
Dijo que de todos los cultivos legales que se dan en esta zona del Catatumbo y Cúcuta, el limón es uno de los más bondadosos. Es muy amigable con el medio ambiente, controla la erosión, además de que es nativo de la zona. Nosotros lo que queremos es mejorarlo, imprimirle valor agregado, dijo Albernia.