En su reciente visita a Cúcuta, Charlotte Schneider Callejas, activista trans y titular de la Dirección para las Mujeres en Actividades Sexuales Pagas del Ministerio de la Igualdad, realizó importantes anuncios para los colectivos de mujeres dedicadas a esta labor en sus diversas modalidades. La alta funcionaria reafirmó el compromiso del gobierno nacional en la defensa de sus derechos y anunció la creación de un centro de asistencia integral en la ciudad.
Un centro para garantizar derechos y dignidad
Schneider explicó que el centro en Cúcuta brindará asistencia integral y trabajará en la promoción y defensa de los derechos de las mujeres en actividades sexuales pagas. Este espacio será clave para generar garantías laborales y proteger a quienes ejercen esta actividad en condiciones dignas. “Nosotros tenemos que generar garantías para que las mujeres ejerzan el oficio en dignidad”, afirmó.
La directora también enfatizó que su gestión busca avanzar en la reglamentación de la actividad.
Lea aquí: Dejaron de ser habitantes de calle en Cúcuta para transformar sus vidas y convertirse en bachilleres
Reconoció que, aunque el trabajo sexual no es ilegal en Colombia, es necesario implementar normativas claras para garantizar plenas garantías laborales y sociales. “Esto no es un delito en Colombia, y eso debe quedar claro. Es una actividad económica lícita en el país”, puntualizó.
Retos en un contexto de violencia y discriminación
Durante su visita, Schneider abordó los altos índices de violencia que enfrentan las trabajadoras sexuales debido a prejuicios, violencia doméstica y amenazas. En muchas ocasiones, estas agresiones ocurren en la calle o en establecimientos, aumentando su vulnerabilidad.
Lea también: Jóvenes y adultos mayores de Norte de Santander ya pueden reclamar sus subsidios con el Gobierno
Frente a esto, el gobierno busca alternativas de vida a través de programas de empleabilidad, emprendimiento, alimentación y educación flexible. “Una mujer trabajadora sexual dedicarse cinco años a una carrera es una ficción”, destacó.
Además, Schneider hizo un llamado a diferenciar entre el trabajo sexual y la trata de personas o la explotación sexual comercial.
Subrayó que equiparar estas actividades lleva a errores graves y limita los derechos de las mujeres. “El argumento de prevenir la trata de personas a través de limitar los derechos de las mujeres en actividades sexuales pagas es un error”, concluyó.