Aunque los cucuteños han dado muestras de cambio en materia de convivencia ciudadana, hechos tan simples como no arrojar basura a la calle, irrespetar a la autoridad, alterar el sueño y el descanso de la gente con el ruido de los equipos de sonido o consumir licor y sustancias sicoactivas en el espacio público, echan por tierra todos los esfuerzos hechos por las autoridades en materia de prevención en el cumplimiento del nuevo Código de Policía.
Costumbres, poco sentido de pertenencia, la crisis migratoria y bajo nivel de educación son factores que explican, en parte, algunas de las infracciones más comunes a esta ley que ya cumple un año de haber entrado en vigencia.
El comandante de la Policía, coronel Javier Barrera, es optimista porque el mal comportamiento mejore con los planes especiales de seguridad que se pusieron en marcha este año en las comunas 1, 3, 4, 5, 6, 7 y 8, está última, según el oficial, con el mayor índice de muertes violentas durante 2017.
Al analizar las estadísticas de los artículos más violados de la ley 1801(nombre oficial del código), expertos en diferentes áreas coinciden en que pudo haber faltado pedagogía, como lo considera el edil de la comuna 4, Alfonso Muñoz.
Sin embargo, para el abogado litigante, especialista en derechos humanos, Elías Andrés Corzo, los seis meses de pedagogía que se dieron fueron suficientes para que la gente se pusiera a tono con la norma. “No hay excusa para violar la ley, más bien considero que el sentido de pertenencia por la ciudad y por la convivencia estuvo ausente en los infractores”, dijo.
En los 12 meses, a más de 3.200 personas se les expidieron comparendos en Cúcuta y el área metropolitana. En el resto del departamento, tan solo en el presente año, se llevan impuestos 1.446.
Ahora bien, las estadísticas muestran a Cúcuta, Los Patios y Villa del Rosario como los municipios en los que más se ha violado el Código de Policía, y ello, según el sociólogo y consultor de derechos humanos, Javier Martínez, tiene su asidero en la crisis migratoria originada desde Venezuela, no en vano en estas tres localidades se ha asentado el mayor número de ciudadanos del vecino país.
Para el profesor de secundaria Pedro Forero Romero, estos municipios son los que tienen más reportes, debido a que tienen alta población flotante y, además, numerosos habitantes con poco acceso a la educación y que desconocen las leyes.
La sicóloga e investigadora del conflicto urbano en Norte de Santander, Liliana Bermúdez, aseguró que estas ciudades encabezan las estadísticas porque el código no tiene en cuenta la cultura e idiosincrasia de los habitantes, además de que muchos de los nuevos pobladores no tienen sentido de pertenencia y, por ende, de respeto por su nuevo espacio.
Si la ley me dice que está prohibido consumir licor en el espacio público y me atrevo a hacerlo, no solo estoy dando un mal ejemplo sino que además estoy siendo un mal ciudadano, dice Forero.
El ruido, por ejemplo, es una de las causales por las cuales más reportan quejas los ciudadanos en el área metropolitana.
El nuevo Código de Policía sanciona a los vecinos que perturban la tranquilidad por ruido o excesivo volumen en el equipo de sonido. Y aunque se sabe que esta infracción está contemplada dentro de la multa tipo 3, cuya sanción es de $393.449, hay negocios de venta de trago en los que no se tiene compasión con los vecinos.
Frente a estos malos comportamientos, el secretario de Gobierno de Cúcuta, Oscar Gerardino, opinó que si bien hay dificultades de convivencia en algunos sectores, la misión es seguir recalcando en la prevención, y ello lo estamos haciendo en colegios, universidades y en la calle cuando asistimos a las brigadas barriales.
El comandante de la Policía de Cúcuta, Javier Barrera, dijo que aún se sigue trabajando en la pedagogía del Código muy a pesar de que la gente ya conoce las infracciones en las que no debe incurrir.
“Nos hemos encontrado con gente reincidente en riñas, con porte de armas blancas, invadiendo el espacio público, en el consumo de licor y sustancias sicoactivas, o también enfrentados con los vecinos, ante lo cual la orden impartida al personal presente en los cuadrantes es seguir insistiendo en la prevención, en el acercamiento con la comunidad”, dijo el oficial.
En este sentido, las medidas correctivas más frecuentes que se aplican en el área metropolitana son las del tipo uno y dos, que son por asuntos como riñas entre vecinos, ruido, ocupación del espacio público y tenencia de mascotas potencialmente peligrosas, acciones que muestran una tendencia a subir, por lo que, dijo, se requiere hacer más pedagogía.
Falta Cultura
Gerardino precisó que la pedagogía se ha cumplido en todos los sectores de Cúcuta, incluso en colegios y universidades, sectores públicos y privados, pero aun así, pareciera que el problema es de cultura.
También percibimos que hay desconocimiento de la norma, por eso insistimos en seguir apostándole a la pedagogía, ya que no se concibe que conductas como consumir bebidas embriagantes en parques se sigan repitiendo en la ciudad como si fuera algo normal, dijo el funcionario.
Al ser consultado sobre el avance que se tiene en la reglamentación de la norma en Cúcuta, Gerardino dijo que hasta el momento se tiene el decreto 1284 de 2017 por medio del cual se reglamentaron algunos aspectos relacionados con los centros de atención temporales para los ciudadanos que se sorprendan en la violación del código.
De igual manera, en consejos de seguridad anteriores se reglamentó el registro nacional de medidas correctivas, el recaudo de multas, los sitios para el traslado por protección animal y lo relacionado con la aplicación de programas pedagógicos para infractores, en esto último se expidió el decreto 0470 del 2017 el cual establece las actividades pedagógicas.
Gerardino dijo que hay aspectos importantes de la ley que se deben analizar, como el espacio público y el derecho a la reunión que fue declarado inexequible por la Corte Constitucional.
En Norte de Santander
De los municipios por fuera del área metropolitana de Cúcuta, Pamplona figura en el primer lugar de los que más comparendos ha impuesto en el presente año por infracciones al Código de Policía, con 379; le sigue Ocaña, con 327; Chinácota, con 130; Tibú, con 120; Ábrego, con 79, y Salazar de las Palmas, con 50, para un total de 1.446.
En estos municipios el porte de armas cortopunzantes y de fuego es la infracción más cometida por los ciudadanos, con 239 comparendos. Le siguen las riñas, con 210 comparendos.
El consumo de licor y de sustancias sicoactivas en el espacio público, es otra de las infracciones que más cometen los nortesantandereanos, con 141 comparendos.
Portar sustancias prohibidas en el espacio público, como gasolina, se constituye en la cuarta infracción más cometida, con 76 multas.
Las 5 que más se violan
1. Artículo 27: comportamientos que ponen en riesgo la vida e integridad de las personas, como las riñas: 583 comparendos
2. Artículo 140: consumir bebidas alcohólicas o sustancias prohibidas en espacio público: 1.621 comparendos
3. Artículo 91: comportamientos que afectan la actividad económica: 171 comparendos.
4. Artículo 35: irrespetar a las autoridades de Policía: 419 comparendos.
5. Artículo 30: manipulación de sustancias peligrosas (hidrocarburos): 560 comparendos.
