Grecia María Pérez, profesional especializado de la secretaría de Salud Municipal, reconoció que el tema de la heroína en Cúcuta es delicado y explicó que desde ese despacho están implementando el Plan Nacional de Reducción de Sustancias Sicoactivas, que trabaja cuatro ejes: prevención, mitigación, reducción de riesgos y daños y capacidad de respuesta.
“Con el plan nacional de heroína y VIH nos dimos cuenta de que había consumo de heroína inyectable por los pacientes con VIH. ¿Cómo nos dimos cuenta? Por el intercambio de jeringas. Eso sale de los estudios que hicieron en 2011 y 2014”, señaló la funcionaria.
Lo dicho por Pérez también esta soportado en el documento del Observatorio de Drogas de Colombia (ODC), que señaló: “en cuanto al riesgo sexual, se encontró que las personas que usan heroína y se inyectan drogas tienen actividad sexual e intercambio frecuente con personas de grupos de alta vulnerabilidad al VIH y de reconocida alta prevalencia, tales como hombres que tienen sexo con hombres o personas que ejercen el trabajo sexual. El uso del condón es inconsistente en la mayoría de los casos, la mayoría dijo haber tenido relaciones sexuales con pareja ocasional en los últimos seis meses y cerca de una tercera parte dijo haber usado condón en su último contacto sexual”.
Y, precisamente para evitar que enfermedades como VIH, tuberculosis y hepatitis se propaguen entre los heroinómanos, la secretaría, en asocio de la corporación Consentidos, adelanta un programa de atención a 100 de estas personas, entregándoles diariamente un kit que lleva agua destilada, torniquete, cuchara, toalla, una curita, las jeringas que usa cada uno al día y un preservativo.
“La idea es evitar la transmisión de esas enfermedades, pues hay una persona encargada de recoger lo que ellos usan”, señaló Grecia Pérez, quien a la vez indicó que la inversión de ese programa es de 238 millones de pesos.
El siquiatra Vladimir Gómez, quien trabaja en el hospital mental Rudesindo Soto, explicó que los heroinómanos son consideradas personas con una enfermedad mental. “Esa sustancia va al cerebro y por eso es que dejarla es tan difícil. Eso es un tema de salud pública”.