Un automóvil de carreras Auto Unión coupé 1.000 SP de 1960, estaba a punto de ser chatarrizado en un taller de Villa del Rosario, donde su dueño lo abandonó por años sin saber la marca, el modelo y mucho menos su historia.
Como consecuencia del olvido, obviamente vino el deterioro de sus partes y el que fue un brioso motor delantero que pujaba en las pistas y carreteras, similar al sonido de una moto de dos tiempos, no volvió a retumbar. Igual suerte corrió el elegante interior, con un timón en blanco marfil y tapizado en fino beige, los cuales fueron modificados a la “brocha”. Por suerte, gran parte de la carrocería (tapada en polvo) y el chasis se conservaron intactos.
En 2014, prácticamente en los rines y sin la más mínima intención de echarlo a andar, su dueño decidió venderlo por ‘lo que le dieran’, y así fue que llegó a las manos de Gustavo Aguilar Tarazona, su vecino en el barrio La Libertad.
Así luce el interior de este Auto Unión, aunque no es un clásico, el esmero de su propietario lo hace merecedor de elogios.
Nueva vida
El día que Aguilar, un chofer profesional y por mucho tiempo conductor de buseta, resolvió conocer el vehículo, surgió una atracción inmediata con este ‘batimóvil’. Sin pensarlo dos veces ni por más de un minuto, lo negoció por su moto Honda CBF-150, recién estrenada.
Aunque para muchos de sus conocidos, tal decisión fue una ‘locura’, para él no había espacio de arrepentimientos y a su casa llegó orgulloso con el carro inservible sobre una grúa a la medianoche. Los papeles de traspaso y la tarjeta de propiedad quedaron pendientes porque el carro estaba matriculado en Bogotá.
Desde el siguiente día y muy juicioso, inició su investigación sobre la marca e historia del vehículo y rastreó cada una de las páginas automotrices hasta dar con su verdadero origen.
Auto Unión fue una marca conocida por sus cuatro aros, que simbolizaron en su tiempo la unión de cuatro empresas automotrices: Audi, DKW, Horch y Wanderer, fundada en 1932 en Zschopau (Alemania). Tras su disolución, Audi se quedó con el logo.
Cambio
Con sus ahorros y todo el esmero, sumado a sus conocimientos en mecánica, su nuevo dueño decidió traer a la vida a este bólido de su tiempo.
Lo primero fue repararle el motor Volkswagen y el resto corrió por su ingenio mirando en fotografías cada detalle de su interior y exterior hasta ajustarlo y acercarse al modelo original de los años 60 con su característico volante en marfil.
Luego de cuatro años, el trabajo de Aguilar ha valido el reconocido de José Clopatofsky, director de la revista Motor, quien recientemente publicó el automóvil en su sección Imágenes Únicas, destacando que este ‘batimóvil’ en su juventud participó en numerosas carreras, entre ellas la doble a Sogamoso (Boyacá), en manos de los pilotos Armando Espinosa y Rafael Urdaneta.
En Cúcuta, este Auto Unión ha rodado en varias caravanas con carros antiguos llevándose la admiración de propios y visitantes.
Luego de infinitos trámites ante las autoridades de Tránsito en la capital, este apasionado chofer también obtuvo la tarjeta de propiedad de este pionero de Audi, cuyo costó seguramente ya superó el valor de su motocicleta.