La Academia Colombiana de Historia aseguró que es un “despropósito” que Colombia pida a España la devolución del Tesoro Quimbaya porque no se trata de un “despojo” durante una incursión militar de otra nación armada, sino “una manera cortés de saldar una posible deuda con el Gobierno de España por sus servicios diplomáticos”.
Así lo establecen las conclusiones del documento número 877 del Boletín de historia y antigüedades que la institución ha realizado, y a la que ha tenido acceso Europa Press. Los expertos colombianos se refieren al Tesoro Quimbaya con su denominación inicial, Colección Filandia, una donación que se hizo efectiva en 1893.
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La Academia Colombiana de Historia señala que ha considerado “prudente” fijar su posición, tras los recientes debates sobre la pretendida repatriación del Tesoro. El ministro de Cultura de Colombia, Juan David Correa, y el ministro de Relaciones Exteriores colombiano, Luis Gilberto Murillo solicitaron el pasado 9 de mayo, a través una carta formal a sus homólogos españoles, la devolución del Tesoro de los Quimbayas.
“En vez de seguir lamentando los trabajos de guaquería que en el pasado hicieron emprendedores en las montañas del Quindío, para llenar los museos de objetos arqueológicos, ¿no sería más productivo que la Subdirección de Patrimonio del ICANH, el Museo de América y los arqueólogos colombianos regresaran a hacer nuevas exploraciones arqueológicas en La Soledad (municipio de Quimbaya) para traer a la luz pública las colecciones arqueológicas que siguen sin exhumar?”, cuestiona la Academia.
En este sentido, piden respetar la decisión del Consejo de Ministros que en 1891, por consejo de Marco Fidel Suárez, adquirió lo que quedaba de la Colección Filandia con el propósito de saldar una deuda con el Gobierno de España “de una manera cortés y decorosa” por sus gastos en el laudo arbitral del diferendo limítrofe con Venezuela.
En este punto, recuerdan que el presidente Carlos Holguín informó al Congreso de la República, en julio de 1892, su intención de regalar la Colección y que, en los siguientes diez meses, hasta mayo de 1893, cuando la donación se hizo efectiva, esta corporación no se manifestó en ningún sentido, con lo cual “se podría alegar que se configuró un consentimiento tácito”.
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En el documento, la institución recalca que la posición de España se ha mantenido “inmodificable” en varias décadas, por lo que “con toda probabilidad (pedir la devolución) será una orden de imposible cumplimiento”.
Los expertos apuntan al aspecto “emocional” que se liga con el reclamo del Tesoro Quimbaya y precisan que “los sentimientos nacionalistas, patrimonialistas y étnicos han alentado su reclamación”, y añaden que por ello se forzó la sentencia de la Corte Constitucional en 2017, cuando se ordenó al Gobierno colombiano a recuperar la Colección.
“En los debates dados afloran las descalificaciones ‘ad hominen’ contra quienes se atreven a contradecir las pretensiones emocionales, que en nada alteran la postura de quienes custodian la colección en Madrid, o del Gobierno español. Pero en política internacional sobran los argumentos emocionales, fuente de guerras y conflictos”, argumentan.
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