La lucha olímpica uno de los deportes más antiguos del mundo, que data del año 776 A.C., llegó a Colombia hace 80 años, pero solo hasta hace 49 años tuvo su despegue y de ahí en adelante ha sido protagonista a nivel internacional sacando campeones suramericanos, bolivarianos, centroamericanos, panamericanos y mundiales, incluso ya alcanzó su primera medalla olímpica con la vallecaucana Jackeline Rentería.
No obstante, cuando llega el momento del retiro, unos optan por dedicarse a su vida personal, ser entrenadores o en algunos casos han terminado en la lucha libre.
Pero que de la colchoneta de 12x12 salte al octágono de las artes marciales mixtas y forme parte del club de la UFC, no es tarea fácil.
Pues bien, eso fue lo que decidió el luchador bogotano Freddy Serrano que hoy con 35 años cambió la fuerza, la plasticidad y habilidad por los duros golpes y patadas de las artes marciales que desde hace algún tiempo se convirtió en el deporte de moda, incluso desplazando al boxeo.
Freddy está casado con la bogotana Sandra Roa, también luchadora y quien fuera campeona mundial juvenil en 2006.
Serrano, quien participó en las olimpiadas de Beijing 2008, donde ocupó el puesto 11, en la categoría de los 55 kilos, le dio un giro a su vida y hoy se siente el hombre más feliz, pero un agradecido con la lucha olímpica después de 23 años de práctica a la que le entregó muchos títulos a Colombia.
¿Cómo es que de la lucha olímpica y grecorromana se pasa a la Ultimate Fighting Championship (UFC, por sus siglas en inglés), la empresa de artes marciales más grande del mundo?
“Creo que había cumplido mi ciclo como luchador, me tardé 23 años para llegar a unos Juegos Olímpicos y me encontré con algo que no era ajeno para mí, como son los deportes de contacto, los cuales siempre me han encantado y vi en ellos que reunía este tipo de prácticas y comencé con buena fortuna”, dijo Serrano.
Las artes marciales mixtas combinan, boxeo tailandés, jiu-jitsu, taekwondo muay thai, karate y otras disciplinas.
Freddy Serrano es el primer colombiano y bogotano en hacer parte del gremio de la UFC en la que compite oficialmente desde 2014.
Entró por la puerta grande
En su corta carrera ha ganado tres combates y ha perdido uno.
¿Por qué toma esa decisión donde el riesgo de la vida es igual o mayor a la de los boxeadores?
“Pienso que las posibilidades están abiertas para todo el mundo, que abre el deporte la vida y hay que tomarlas”, enfatizó el excampeón panamericano.
Recordó que “exactamente llevo cuatro años en esto, participé en 2014 en el reality show que hace la empresa (UFC), las grabaciones se hicieron en las Vegas y esa fue mi entrada en las grandes ligas, donde hice mi primera pelea, en Brasil (ante Bentley Syler) y después peleé en Corea del Sur (frente a Yao Zhikui) las cuales gané, en la categoría mosca de los 57 kilogramos”.
Si ha sido duro el cambio para soportar palizas, Serrano respondió con una frescura como si realmente no sucediera nada dentro del octágono.
“Creo que esto es como un decatlón de los deportes de combate, porque se tiene que entrenar en tres, cuatro o más disciplinas, tener preparación física y realmente es un deporte muy completo”, aseguró el bogotano.
No obstante, afirmó que no se ha retirado del todo de la lucha olímpica, pues actualmente es el instructor de la Liga de Cundinamarca.
“Sigo vinculado como entrenador, en este momento soy instructor de Cundinamarca, llevo tres años trabajando con ellos, y estoy liderando todos los procesos de los niños y los adultos a Juegos Nacionales (2019)”.
Recalcó que, pese a no competir, “la lucha olímpica es mi pasión, sigue siendo mi deporte base, lo amo. Creo que hizo de mí una excelente persona, entonces sigo trabajando por el deporte”. Pero “encuentro esto (las artes marciales mixtas) que es una bonita oportunidad como proyecto de vida”, aseveró.
Señaló que nunca se imaginó que podría hacer ese cambio a los 33 años, pero consideró que es algo que le puso Dios en el camino, aprovechando el talento que tiene para continuar poniéndose nuevos retos.
Si Sandra, su esposa, en algún momento lo llegó a persuadir que desistiera de esa odisea para evitar cualquier tipo de lesión, Serrano explicó siempre contó con el aval de Sandra para esa maratónica aventura.
“Mi esposa siempre me ha apoyado, sinceramente ella me alcahuetea todas mis locuras y esta no ha sido la excepción, compartimos este tipo de deporte y nos es agradable”, confesó Freddy.
Las ganancias
En cuanto al dinero que representa jugarse la vida en un deporte tan rudo y difícil como las artes marciales mixtas, Serrano dijo que “esa es la otra parte del camino. Este es un deporte profesional en el que se compite por una bolsa (de premios), que valen la pena para dedicarse a esto y vivir bien y lo más importante, valoran tu trabajo”, aseguró.
Indicó apenas está empezando en la UFC y va a paso a paso, manifestó que no tiene límite hasta donde piensa llegar, Sin embargo, para Freddy es como estar en unos olímpicos, y el gran sueño es ser el primer campeón mundial colombiano de la UFC.
