Después de 13 meses sin competir, este miércoles en Doha se producirá el esperado regreso a las canchas de Roger Federer, el tenista suizo que desea volver al primer nivel, pero a sus casi 40 años y con su maltrecha rodilla, ¿le acompañará el físico?
Federer, que cumplirá los 40 años el 8 de agosto, pasará su primer test el miércoles frente al británico Daniel Evans (N.28), curiosamente su compañero de entrenamientos en las dos últimas semanas en Dubái.
"Es normal que todo el mundo se haga preguntas", admite el suizo, ganador de veinte torneos del Grand Slam (comparte este récord con Rafael Nadal) y que jugó su último partido el 30 de enero de 2020, una semifinal del Abierto de Australia contra Djokovic.
"Para mí, jugar al tenis, es como montar en bicicleta. Lo sé hacer, por lo que eso no me inquieta. Mi única preocupación es la rodilla", dice el tenista.
"Una doble operación (dos artroscopias en febrero y mayo de 2020) es un desafío, nunca había pasado por ello. Después de la segunda comencé desde cero", precisa.
Más allá de su regreso en Doha esta semana, "los tres o cinco próximos meses me van a aclarar mucho", agrega sobre su estado físico. "¿Cómo va a aguantar mi rodilla los vuelos transatlánticos, los cambios de husos horarios, los partidos a cinco sets, el jugar cuatro días seguidos o tres sets intensos ante los mejores?", enumera. "Necesito respuestas a todas estas preguntas".
"No me siento como un trapo"
En 2017, después de una primera artroscopia en la rodilla izquierda en febrero de 2016 y seis meses fuera de las canchas, entre julio y enero de 2017, Federer protagonizó un espectacular regreso, ganando el Abierto de Australia y, seis meses después, Wimbledon.
Esta vez, la inactividad ha sido el doble de larga y el tenista, pese a ser un fuera de serie, es cuatro años mayor.
¿Qué esperar entonces de esta segunda reaparición? ¿Y cuáles pueden ser las ambiciones de Federer, que espera "llegar a Wimbledon al 100%"?
"Cuando me despierto por la mañana, no me siento como un trapo y eso ya es muy positivo. Puedo jugar durante dos horas y media cinco días consecutivos, algo que no me esperaba a estas alturas", destaca. "Pero los partidos son otra historia. Quizá me sorprenda a mí mismo".
"Cuando vuelves de una lesión, el desafío más grande es volver a tener 100% de confianza en las capacidades de tu cuerpo", explica el suizo originario de Basilea.
"El principal interrogante es su velocidad de desplazamiento", estimó por su parte el excampeón sueco Mats Wilander en el diario L'Equipe.
Una cosa es segura: la pasión por el tenis sigue muy latente en Federer.
Cuando se le pregunta por la razón que le lleva a seguir a sus casi 40 años, el suizo simplemente responde: "Amo jugar al tenis, estar en el circuito".
"Reencontra la emoción"
"Para alguien como yo, que ha jugado más de 1.500 partidos, siempre es bienvenida una pausa. He apreciado el pasar tiempo en casa después de 20 años en el circuito, pero he echado de menos a mi segunda familia", añade Federer, que va a conocer un circuito muy diferente al que dejó.
"Todo va a ser un desafío con la vida en una burbuja, las cuarentenas, las mascarillas, los viajes más complicados...", argumenta.
"Otra de las razones sea probablemente que me gustaría reencontrar esa emoción de jugar contra los mejores, de jugar los torneos más grandes, de ganar si es posible. Y espero jugar el tiempo suficiente para volver a ver las canchas llenas de público", añade sobre la pandemia.
"Esto demuestra hasta qué punto ama este deporte y creo que aún puede conseguir grandes cosas", dijo por su parte Evans, el rival de Federer en su regreso.
"Nunca me he encontrado a nadie que ame tanto el tenis como él", confirmó Wilander.
Pese a haber estado alejado del circuito durante más de un año, el suizo admitió que ha seguido de cera las noticias del circuito,.
"Lo he seguido muy de cerca. He mirado muchos 'highlights', consultaba los resultados varias veces al día, los torneos ATP, los Challengers, los Futures. Incluso los dobles", explica.
"Amo este deporte, no puedo hacer como si fuera lo contrario", sonríe el ocho veces campeón en Wimbledon. "¡Si lo intentara sería un 'fake', no sería yo!".