Uno de los productos con un puesto fijo en la canasta básica de alimentos de los cucuteños es la Harina Pan. Ya sea porque se adapta fácilmente a diversos usos o situaciones, o porque el consumo de arepa se convirtió en una tradición que se importó de Venezuela por su condición de frontera.

Carlos Sandoval, gerente de la Unidad de Negocios de Alimentos Polar Colombia, habló con La Opinión sobre el mercado de la harina en Cúcuta y Bucaramanga, las categorías que más han crecido por efecto de la pandemia y de cómo la operación de Alimentos Polar se ha fortalecido con el éxodo venezolano.

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¿Cómo ha sido el comportamiento de la canasta de alimentos?

La canasta de alimentos ha tenido fluctuaciones o variaciones agresivas, con un crecimiento en las ventas entre el 15 y el 20 por ciento en 2020. La cuarentena hizo que los hogares se abastecieran más y consumieran más en casa. Hubo crecimiento en todas las categorías, pero, en especial, el segmento de las harinas, con un 30 por ciento, debido a la versatilidad del producto.

Aunque el consumo de arepas en Colombia no es tan alto como en Venezuela, sigue siendo un mercado con buena demanda. Por ejemplo, en Bogotá o Bucaramanga se venden 50 arepas por tienda, mientras que, en Medellín, 500. En pandemia, la demanda de harina llegó a 21.000 toneladas mensuales. Hoy, los niveles llegan a las 16.000 toneladas mensuales, con el retorno de la normalidad.

Santander y Norte de Santander siempre han sido una región de consumo per cápita alto de harina por la relación histórica con la cultura Venezuela. Un venezolano consume 40 kilos de harina al año mientras que un colombiano, entre 2 y 3 kilos. Aunque no es una región densamente poblada, los santanderes participan con el 20 por ciento de las ventas de la categoría.

¿El mercado ya se normalizó?

El mercado en general está volviendo a la normalidad de los años 2018 y 2019, a pesar del alto costo del maíz en el último año, casi un 50 por ciento, debido a la escasez de maíz en China, que tuvo que importar grandes cantidades de esa materia prima para satisfacer un mercado de más de mil millones de personas y, por ende, se disparó el precio en el mundo.

Una tonelada de maíz costaba 250 dólares. Hoy cuesta 330 dólares. Se espera que para lo que resta del año el costo comience a normalizarse. Harina Pan es un producto masivo, asequible para todo el público, no que sea un producto de un estrato específico.

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¿Dónde se consume más harina?

La ciudad de los santanderes que más consume harina es Cúcuta, no solo por las características del producto sino por la importancia que tiene en la canasta alimentaria de los hogares. Cúcuta es la única capital que casi no consume la libra sino el kilo de harina. A pesar de que en la región Caribe se vende más harina, la presentación con más movimiento allá es la libra.

Sin embargo, el precio más barato se consigue en los santanderes por la presencia de marcas locales, como Arepasan, que son más económicas y obliga a competir con precio para consolidarse en el mercado.

¿Cuál es la participación de Cúcuta en las ventas de Harina Pan?

Cúcuta representa el 70 por ciento de las ventas en la región de los santanderes. Mensualmente, se venden mil toneladas de harina. A nivel nacional, Cúcuta representa el 17 por ciento de las ventas. Al ser una región con un actor importante como Arepasan, que dinamiza el consumo y la venta, obliga a las empresas a ofrecer descuentos y actividades que benefician al consumidor.

La entrada de venezolanos favoreció a las harineras regionales, pero también hizo que tecnificaran sus procesos, a invertir en medios digitales y televisión, algo que no se había visto en Colombia por parte de las harineras. Como líderes de la categoría no vemos esto como un inconveniente sino como una forma de que la categoría crezca.

¿Alguna estrategia para satisfacer la demanda por la reapertura peatonal de la frontera?

Nuestra estrategia siempre es nacional. El otro año vamos a tener dos lanzamientos para que más consumidores tengan acceso a la marca con una estrategia de precio. En Cúcuta y Bucaramanga nos vamos a acercar a los precios de las demás harinas. Vemos la región de los santanderes como una punta de lanza para el desarrollo del consumo de harina pan.

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¿Prevén un aumento de la demanda para 2022?

La verdad, no mucha. El costo del maíz hace que la tensión en precios sea compleja y en ese sentido hacer que la categoría crezca es complicado. Si el costo del maíz baja, podemos trasladar algo de esto al consumidor y la categoría podrá crecer. Además, la pandemia y el éxodo de venezolanos hizo que la harina tomará un valor muy alto, pues es una categoría con ventas de $500.000 millones al año. El reto es lograr que las generaciones más jóvenes entiendan más el uso de la harina pan porque es hoy es más de adultos, afines a la preparación de arepas.

¿Disminuyó el consumo de harina en Venezuela?

Si lo comparamos con los niveles de mayor consumo de harina en Venezuela, sí. Pero sigue siendo una demanda alta. La harina es el alimento principal para los venezolanos como para los colombianos es el arroz.

Harina Pan es una marca que tiene más de 60 años en Venezuela, es la marca de nacimiento de los venezolanos. Allá se vendían 200.000 toneladas mensuales (hace 10 años) y aquí en Colombia estamos en las 17.000 toneladas mensuales. Hoy se venden 120.000 toneladas mensuales en Venezuela.

La demanda ha caído un 40 por ciento por el consumo per cápita y el éxodo de venezolanos. Venezuela era un mercado diez veces el de Colombia, ahora es seis veces.

¿Cómo apoyan la operación en Venezuela?

Alimentos Polar sigue dando la pelea y comprometida con la alimentación de los venezolanos. El esfuerzo en Venezuela es titánico por la imposibilidad de conseguir las materias primas, el transporte para distribuir el producto ha hecho que la empresa se reinvente, cambie sus estándares de trabajo, encuentre oportunidades donde no las hay y continúe desarrollando el mercado, poniendo harinas hasta el último rincón de Venezuela. No es fácil, pero el compromiso con los ciudadanos sigue porque si no hay harina pan, ya es un tema de crisis alimentaria mucho más fuerte de lo que hoy pasa.

El esfuerzo de Alimentos Polar sigue siendo Harina Pan, sigue siendo la consecución del maíz, sigue siendo mantener las plantas operativas. Nosotros desde Colombia hemos tratado de ayudar a Venezuela no solo con temas de harina sino con la negociación del maíz. Muchas veces a ellos se le dificultad comprar y entrar maíz por asuntos políticos. Siempre hemos estado dispuestos a ayudar, no solo porque somos la misma compañía sino porque sabemos de la importancia de este producto para el pueblo venezolano.

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¿La planta de Colombia envía maíz a Venezuela?

Ayudamos con la negociación del maíz, buscando precios más competitivos, pero el maíz si llega directamente por los puertos del norte de Venezuela. No es tan fácil para nosotros enviarles maíz, no porque no queramos sino por temas políticos y arancelarios. Aunque todavía queda algo de producción local, este no alcanza para satisfacer la demanda. Hace 15 años, Venezuela no compraba un solo maíz por fuera. Todo el maíz lo producía. Ahora el maíz se compra en Estados Unidos y México. El maíz venezolano suple una tercera parte de la demanda.

A parte de la harina, ¿qué otro producto se destaca?

La categoría que más viene creciendo en Colombia es el alimento de mascotas. Es un fenómeno cultural que la pandemia acentuó con la adopción de mascotas, precisamente, por acompañamiento. Los hogares son más propensos a tener mascotas que niños. Eso ha hecho que ese mercado se duplicara en cinco años, al punto de que la industria no ha podido dar abasto en los últimos meses.

¿Cuál ha sido el crecimiento en el mercado de alimentos para mascotas?

La categoría de perros creció un 5 por ciento en 2020, pero la de gatos, un 30 por ciento. Parece ser que la adopción de gatos es más atractiva que la de perros. Primero, porque el costo es menor. Segundo, por temas de pandemia, al gato no hay que sacarlo; el perro, sí. Entonces, el gato se vuelve una mascota mucho más cómoda de tener que el perro, lo que ha hecho que la categoría crezca a cifras inimaginables.

¿Hay planes de incursionar en el mercado de la cerveza?

La verdad, no. Los negocios de la cerveza son muy complejos, son casi monopólicos porque tienen unas barreras de entrada muy altas en los temas de las cadenas de distribución y de frío, en la integración vertical con los vidrios, las negociaciones del alcohol con los medios publicitarios, entonces, para entrar a competir de forma agresiva con la cerveza en Colombia se necesita de inversiones muy altas, tanto en empresas físicas como instalaciones fabriles, como en estrategias de mercadeo.

Un caso ejemplo es la cerveza Andina que ha invertido importantes recursos económicos, y de esfuerzo de distribución, y no han podido sobrepasar el 5 por ciento del mercado. Además, ya no se puede hacer publicidad de cerveza. Los espacios son muy pocos y los horarios son muy tarde.

Definitivamente, no es un foco para nosotros en Colombia. Sería una batalla perdida y un gasto innecesario de recursos. En Venezuela si es un negocio que sigue funcionando. Allá está la segunda planta cervecera más grande de Latinoamérica y no está operando en su máxima capacidad. De las diez líneas de embotelladoras, solo funcionan tres.

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¿Cuáles son los planes de inversión para 2022?

Estamos haciendo en este momento una inversión para ampliar la capacidad de la planta en un 20 por ciento por dos motivos. Primero, Alimentos Polar Colombia se está convirtiendo en “hub” de exportaciones para la región, desde Ecuador hasta Argentina. ¿Por qué? Por la ubicación estratégica de Colombia. Nuestras negociaciones de maíz son muy buenas y eso nos permite tener un alto nivel de competitividad para poder exportar.

La demanda por fuera ha venido creciendo por el éxodo de venezolanos y también porque Alimentos Polar se ha encargado en dar a conocer mucho mejor Harina Pan en esos mercados donde el uso de harina no es tan alto como en Colombia y Venezuela.

Segundo, porque tenemos unos planes de lanzamiento en los siguientes dos o tres años en Colombia con productos relacionados con Harina Pan, con mayor valor agregado, con mayor facilidad de preparación, productos con menores precios para masificar la harina.

También estamos ampliando la capacidad instalada para la fabricación de alimentos para mascotas, en un 30 por ciento; además de la expansión en otros procesos como son los “pancakes”.

¿Qué tanto ha crecido Alimentos Polar?

Alimentos Polar Colombia viene creciendo a un ritmo de doble dígito en los últimos cinco años, en todas las categorías.

Tenemos tres mercados muy interesantes donde solo estamos vendiendo harina y próximamente estaremos entrando con otros productos en Ecuador, Perú y Chile.

El éxodo de venezolano fue la chispa que encendió el negocio y la puerta de entrada a esos mercados con la apertura de una oficina en cada uno de esos países.

Antes, todas las ventas se hacían por medio de distribuidores. Ahora tenemos presencia directa para entrar con otras categorías, en especial, el alimento para mascotas.

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