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Editorial
Gabinete nuevo
Las directrices a seguir es que ni la interinidad ni la inacción deben permitirse en esta etapa que comienza en 2025 ni mucho menos permitirse que se llegue a los cargos a cumplirle solamente al jefe político.
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Jueves, 2 de Enero de 2025

Sin gabinetología, lo cierto es que los 711.715 habitantes de Cúcuta lo que esperan del alcalde Jorge Acevedo es que se rodeé de un equipo que lo ayude a ejecutar y sacar adelante las metas trazadas dentro del Plan de Desarrollo.

Que si es técnico, que si es político o que si es una mezcla de ambas características, eso es una decisión propia del gobernante, lo que el cucuteño reclama es que se hagan los proyectos y nada más.

Para su segundo año de mandato ya es indispensable que lo prometido en campaña empiece a desarrollarse en la práctica, puesto que la ciudad está cansada de que pasen y pasen administraciones y el resultado en su desarrollo siga siendo de niveles muy bajos.

Pero eso sí, las directrices a seguir es que ni la interinidad ni la inacción deben permitirse en esta etapa que comienza en 2025 ni mucho menos permitirse que se llegue a los cargos a cumplirle solamente al jefe político, porque los recursos públicos son sagrados y los impuestos de los cucuteños es para las obras que tanto se han reclamado.

La Secretaría de Infraestructura, por ejemplo, necesita tener un titular para que esté atento a algo tan importante como el plan de repavimentación de la malla vial. Dejarla sin un responsable por cerca de cinco meses fue una mala señal, pese a haberse empezado en diciembre la primera fase del arreglo de calles.

Incluso, sería la ocasión precisa para que en una acción conjunta con el Concejo se proceda a crear un Departamento Administrativo de Movilidad que integre Infraestructura y Tránsito para que se maneje como una gran política pública integral en inversiones y desarrollo de proyectos para superar los problemas que en ese aspecto aquejan a la capital de Norte de Santander.

Lo mismo debe hacerse en el IMRD que terminó el año sin director, cuando esa entidad debería estar liderando acciones para proteger a los niños y jóvenes de las drogas y la criminalidad, generando un fuerte impacto de la difusión deportiva en las comunas y corregimientos.

En el frente de la compleja situación de inseguridad, con la disputa de bandas, el crimen transnacional, el narcotráfico y el testaferrato, la influencia del conflicto armado del Catatumbo, la presencia del Eln y ahora los intentos de control social y territorial de la disidencia, al alcalde Acevedo le ha llegado la hora de evaluar nuevas alternativas para 2025 con el fin de devolverles la esquiva seguridad a los cucuteños.

Adoptar modelos como de otras ciudades donde con apoyo del Gobierno nacional se han logrado especies de ‘acuerdos de paz’ con las bandas, como ocurre en Medellín o Quibdó, insistir en que en las negociaciones con la guerrilla y la disidencia se tenga presente, realmente a la sociedad civil, y que se profundice una güera sin cuartel contra el narcotráfico y sus delitos conexos.

rr5, es el anhelo que recorre todos los puntos cardinales de la más importante ciudad colombiana en la frontera con Venezuela.

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