Que se pierdan empleos en nuestra región donde no se dan en gran proporción y por el contrario la informalidad y el desempleo llevan la batuta, debe considerarse como un síntoma muy grave para la economía de Norte de Santander, aunque un elemento de competitividad podría volverse una carta a favor.
La mala noticia proveniente del renglón de las coquizadoras por el fortalecimiento de un jugador en el mercado internacional que muy seguramente va a desbancar a Colombia del lugar que hoy ocupa, como lo es Indonesia.
Por la sobreoferta de coque indonesio en el mercado internacional, que erosionó hacia la baja los precios, el 98% de las plantas se encuentran paralizadas en Norte de Santander, hecho por el cual unos 1.800 trabajadores se encuentran sin empleo y podrían pasar en esta condición la temporada de fin de año.
La preocupación se apoderó de este sector económico, que para el caso colombiano exportará en 2024 unas cuatro millones de toneladas de coque hacia Europa y América Latina en donde se encuentran los principales clientes del país y del departamento.
En este momento la situación es oscura, de acuerdo con los primeros análisis porque todo podría cambiar, el coque colombiano caerá al cuarto lugar y el de Indonesia pasará al primer puesto en el ámbito mundial dentro de cinco años.
Aunque Norte de Santander tiene un punto a favor en este mercado altamente especializado, por contar con un carbón metalúrgico bajo en fósforo y alto en reactividad que lo hace muy apetecido entre los compradores mundiales, lo cierto es que debe surgir un respaldo desde el mismo Gobierno nacional para ayudar a estas empresas generadoras de divisas y de empleo ara el país.
En esta coyuntura que se registra es indispensable que se tenga una política clara, entendiendo que el coque seguirá siendo un insumo vital para los humanos porque aunque se están haciendo intentos y desarrollos para reemplazarlo, pero por el momento los resultados son altamente costosos como lo han determinado los analistas.
Lo razonable es avanzar hcia el necesario fortalecimiento de la competitividad del sector mediante la colaboración público-privada y la implementación de políticas que incentiven la innovación y la sostenibilidad, para lo cual es indispensable el respaldo gubernamental y el aumento de las inversiones para que el coque colombiano y nortesantandereano se haga fuerte y enfrente los desafíos y la competencia que se ha desatado en este renglón mineroenergético.
Dos elementos deben ser tenidos en cuenta en la búsqueda de unas mejores condiciones que le adicionen más elementos de competitividad a este mineral.
El que se relaciona con los puestos de trabajo que por estos tiempos son tan difíciles de crear, bien sea por las condiciones económicas y de seguridad, porque su protección y generar garantías que abran posibilidades de ampliar la nómina.
La adaptación rápida a las nuevas condiciones utilizando como punta de lanza la extraordinaria calidad que tiene el coque nortesantandereano puede jugar a favor porque esos elementos que no se encuentran en otros, fácilmente pueden ayudar a enfrentar el deterioro de los precios, al tener ya el mercado un conocimiento del fabuloso potencial ofrecido.
Luego hay que aprovechar aquella consideración que los conocedores tienen de nuestro coque que lo señalan como “muy apetecido por la industria del ferrocromo”.
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