Hace poco en un foro regional vimos sentados a varios representantes a la Cámara oriundos de Norte de Santander, algunos de ellos elegidos por otra circunscripción electoral, pero cuyo corazón y ancestros se encuentran en estas tierras.
Si el departamento tiene una nutrida bancada en el Congreso de la República la región esperaría mucho más de ellos al momento de defender iniciativas o planes de inversión que tengan que ver con esta zona del país.
Despojarse momentáneamente de sus ideologías, que para nuestro caso resultan bien marcadas, pues los hay del Centro Democrático, el Pacto Histórico, Cambio Radical, los partidos Liberal y Conservador, coalición Centro Esperanza, La U, curules de paz y Colombia Justa y Libres, para trabajar todos unidos por el departamento, es la mejor opción para todos.
Por ejemplo, a raíz del lío con el Presupuesto General de la Nación, ahí tienen una tarea para mostrar su fuerza, como es la de impedir a toda costa que las asignaciones para Norte de Santander en inversiones regionales sufran grandes recortes para el año entrante.
Esa es una forma de hacerse sentir ante el alto Gobierno, recordándole el sufrimiento por el conflicto armado y las dificultades sociales y económicas que desde hace años padece el departamento fronterizo.
Los nortesantandereanos esperan que nuestra bancada en la Cámara y el Senado haga más gestiones ante la Casa de Nariño, al tener ministros de la región en las carteras del Interior y de Transporte, tan importantes para ayudar a superar inconvenientes que nos agobian en inseguridad y conectividad terrestre.
Por ejemplo, hoy no se puede perder tiempo y tiene que insistirse en la fundamental consolidación del proyecto de quinta generación de la carretera Cúcuta-Ocaña, que por lo demás, hace parte de la vía hacia la costa Caribe. Es decir, que se haga algo parecido a la doble calzada Cúcuta-Pamplona.
Norte de Santander debe de estar por encima de los intereses político-partidistas o personales de quienes ocupan curules en el poder Legislativo y tener dentro de sus metas a Cúcuta y el departamento, no solamente para conquistar votos, sino con el propósito de respaldarlos en la tarea de superar los problemas locales.
Una cosa son las luchas políticas opositoras contra el Gobierno y otra muy distinta procurar, como bloque regional de congresistas, que el Estado cumpla sus obligaciones con zonas como la nortesantandereana.
Esa unidad es necesaria tanto para golpear a las puertas de la Casa de Nariño como para liderar grandes propuestas de desarrollo con los gremios locales, a fin de buscar potenciales inversionistas que apoyen la industrialización, el desarrollo del sector de las tecnologías y ayuden a potenciar el campo desde el punto de vista de la agroindustria, al igual que sacar adelante planes de carácter binacional.
Hacerse fuertes los congresistas nortesantandereanos en un grupo regionalmente homogéneo traerá múltiples beneficios para el departamento que también de esa forma podrá levantar su voz con más fuerza para reclamar el sitio que se merece, teniendo en cuenta que es donde nace Colombia en la frontera con Venezuela.
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