La responsabilidad social empresarial (RSE) ha dejado de ser una estrategia opcional para las empresas del sector logístico en Colombia y se ha convertido en un pilar indispensable para impulsar el desarrollo sostenible, no solo desde la perspectiva económica, también en el ámbito social y ambiental.
En un país con grandes desafíos de infraestructura y equidad, las empresas del transporte y la logística están mostrando cómo sus iniciativas pueden marcar la diferencia.
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En un sector tradicionalmente asociado a altas emisiones de carbono, Coltanques, que este año celebra 50 años de operación, ha apostado por la innovación sostenible, de acuerdo con su gerente, Henry Cubides.
Cubides explicó que, gracias a prácticas de economía circular, la empresa ha transformado más de 600.388 kilos de materiales, incluyendo el reencauche de 3.796 llantas, que ha reducido el consumo de petróleo en más de 56.000 galones y ahorrado energía suficiente para abastecer pequeñas comunidades.
“Estas cifras muestran cómo la logística puede ser parte de la solución en el cuidado ambiental. Además, la reutilización de recursos, como el tratamiento de más de 4.600 metros cúbicos de agua recirculada, destaca el compromiso por mitigar su impacto ambiental y adaptarse a un mundo donde la sostenibilidad ya no es una opción, es una necesidad”, agregó.
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Cuidado comunitario: más allá del transporte
En los últimos años, la compañía ha desarrollado programas de salud y bienestar que han beneficiado a más de 450 personas en estado de vulnerabilidad, abordando temas como prevención de enfermedades, hábitos saludables y calidad de vida.
“Cuando pensamos en transporte, pocas veces consideramos que detrás de cada viaje hay familias y comunidades impactadas. Desde nuestra experiencia, el cuidado de las personas no es un agregado, sino parte esencial de nuestra operación”, señala el gerente de Coltanques, Henry Cubides.
Sostuvo que, en términos educativos, el sector logístico ha comenzado a trazar puentes para garantizar que las generaciones futuras estén mejor preparadas para enfrentar desafíos.
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Un ejemplo es la capacitación a más de 350 niños y jóvenes en temas como cuidado ambiental, prevención de violencia y salud psicosocial. Este tipo de programas no solo fortalecen el tejido social, sino que también aseguran un impacto a largo plazo en las comunidades.
Aunque los avances son significativos, el sector enfrenta retos para ampliar su alcance. Entre ellos, la necesidad de alinear a toda la cadena de valor en prácticas sostenibles y la adopción de estrategias ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) que permitan medir y potenciar los impactos positivos.
“Las empresas de logística tienen la capacidad de transformar regiones enteras. La clave está en pensar más allá del transporte y asumir un rol activo en el desarrollo sostenible del país”, concluyó Cubides.
La RSE en la logística colombiana muestra un camino prometedor, en el que los negocios no solo impulsan la economía, sino que también contribuyen al bienestar social y ambiental. Un modelo que, si se replica, podría marcar una diferencia significativa para el desarrollo integral de Colombia.
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