Así fue el concierto de Morat en Bogotá
Amistad, amor, familia y miles de sueños por cumplir llenaron el Estadio El Campín de Bogotá este sábado al ritmo de Morat, una de las bandas más influyentes del momento, en un evento especial donde celebraron su colombianidad.
Unas 40,000 personas abarrotaron el estadio en la primera de las dos presentaciones que ofrecieron en la capital antes de dirigirse a Medellín. Durante estos días, la ciudad se vio adornada con carteles, anuncios y tiendas de mercadeo al estilo de Taylor Swift o Karol G, sumando a Morat al fenómeno del pop que agota entradas en menos de cuatro horas.
El calentamiento estuvo a cargo de Susana Cala, hermana de Juan Pablo Isaza, cuyas canciones de desamor prepararon el escenario ideal para recibir a la banda, quienes también los acompañaron en el concierto de Madrid que marcó el inicio de la gira.
Los artistas compartieron que, aunque las numerosas giras internacionales que han realizado tienen un significado especial, “no hay nada como cantar en casa”, según expresó emocionado Martín Vargas entre lágrimas.
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Tanto el ambiente previo como el propio concierto estuvieron llenos de “sueños”, pues las pantallas no dejaron de proyectar mensajes de los asistentes que enviaban a partir de un código qr en sus propios teléfonos o en unas cabinas instaladas para ello.
Un espectáculo de luces led en el cielo dio inicio a los acordes de las guitarras de Juan Pablo Isaza y Juan Pablo Villamil entonando ‘Cómo te atreves’, empezando fuerte el espectáculo que los convirtió en la primera banda bogotana en presentarse en solitario y llenar el mayor escenario de la ciudad.
A estos sonidos se sumaron la batería de Martín y el bajo de Simón Vargas, que con un espectacular show de pirotecnia terminaron de llevar a los fanáticos ‘del Estadio al cielo’.
Hace un par de meses, cuando empezaron a anunciar información sobre la gira, dieron a conocer que, al igual que otros artistas como Aitana, establecieron un código de vestimenta para los conciertos que se basó en los pijamas.
Así fue en Madrid, primera parada de la gira, llena de fanáticos que acudieron con sus pijamas, pero en Colombia el estadio se tiñó con la fiebre amarilla porque el concierto coincidió con el partido de cuartos de final de la Copa América entre Colombia y Panamá.
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